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La depresión impacta en los universitarios: afecta al 30 % de los jóvenes y un 40% no están tratados

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

La depresión cada vez más extendida en nuestra sociedad ha impactado de manera virulenta también entre los jóvenes universitarios, sobre todo tras la pandemia. Una situación que ha alarmado a las autoridades sanitarias y que, como ha afirmado la doctora Guadalupe Arilla, del grupo de salud mental SEMERGEN, «los casos de depresión en jóvenes han aumentado un 30 por ciento» e invita a «tomar conciencia» muy seriamente sobre estas cifras.

Una situación complicada a la que se puede sumar que el tratamiento de la depresión en España es uno de los grandes retos, ya que, según ha explicado el director del Instituto de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y Catedrático de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid, el doctor Celso Arango, «en España aproximadamente el 40 por ciento de las personas con un trastorno depresivo no están siendo tratadas. Nos preocupa que haya personas que o se puedan beneficiar de algunos tratamientos», asegura.

Estos datos se han aportado durante la inauguración de la exposición La Travesía de Elena en la Universidad Complutense de Madrid para dar visibilidad a esta enfermedad, desde el 8 al 16 de marzo.

La iniciativa se enmarca en la campaña #DeLaDepresiónSeSale impulsada por la compañía farmacéutica Lundbeck junto con la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN) y la asociación de pacientes La Barandilla.

La Travesía de Elena se compone de 12 ilustraciones creadas por la artista Ana Santos, que explican la historia de Elena, una mujer que ha pasado por una depresión y ahora recuerda las diferentes etapas por las que ha pasado hasta llegar a la recuperación.

Las ilustraciones y textos están inspirados en más de 500 testimonios, recogidos a través de las redes sociales, de personas que padecen o han padecido depresión, y que muestran cómo es vivir con esta enfermedad en sus distintas etapas, además, de divulgar el mensaje de que la depresión se puede tratar y se puede salir de ella.

«Es un viaje por el recorrido de la enfermedad, sobre cómo empieza esta enfermedad y cómo se sale de ella», explica la doctora Arilla. Además, recuerda que es importante mostrar que «de esta enfermedad se sale porque mucha gente piensa que la depresión es algo crónico, que no se cura y, por su puesto, se cura con todos los medios y gracias a la ayuda de profesionales».

En esto también coincide el doctor Celso Arango, que explica que este proyecto recoge los testimonios de personas que han sufrido depresión, pero «desde una perspectiva positiva, mostrando que cuando la persona afronta la enfermedad, solicita ayuda y se beneficia de los tratamientos es posible salir», ha explicado.

El doctor Arango también recuerda la importancia de «escuchar la voz de los pacientes en primera persona» ya que, en muchas ocasiones, «lo que dicen en las consultas no es lo mismo que pueden decir en su casa». «La vivencia de alguien con depresión es algo difícilmente imaginable si no lo has vivido y queremos mostrar que la depresión es algo temporal, que se puede salir y no es crónico», ha asegurado.

¿Cómo se trata la depresión?

El tratamiento ideal de la depresión dependerá de las características específicas del subtipo de depresión y será, como siempre, personalizado, por lo que es fundamental una adecuada relación médico-paciente. Básicamente, el tratamiento se compone de psicoterapia y farmacoterapia. Aquí figuran algunas de estas líneas.

Con la psicoterapia, se ofrece seguridad, confianza, comprensión y apoyo emocional; se intentan corregir los pensamientos distorsionados; se explica el carácter temporal y se desdramatiza la situación; se consigue la participación del paciente en el proceso curativo y, por último, se enseña a prever las posibles recaídas.

Como tratamiento farmacológico se utilizan antidepresivos, ansiolíticos y otros fármacos coadyuvantes, como las hormonas tiroideas, el carbonato de litio o psicoestimulantes.

Por último, el tratamiento electroconvulsivo, que se realiza en algunas circunstancias (depresión mayor grave del adulto, depresión resistente), bajo control anestésico y miorrelajación. Es una técnica segura y sus efectos secundarios sobre la memoria son habitualmente leves y transitorios. Por razones operativas, económicas y socio-culturales se reserva a indicaciones muy concretas.