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¿Cómo actuar ante convulsiones febriles?

Entre los episodios que más pueden alertar a los padres con sus hijos pequeños, están las convulsiones febriles. ¿Qué debemos saber sobre ellas?

Las convulsiones febriles afectan en general a los niños pequeños de 6 meses a 5 años. No en todos los casos son la consecuencia de algún problema en el cerebro. Aunque parecen graves y son sumamente preocupantes para los padres, no siempre causan daños a la salud. Estos episodios convulsivos se generan cuando la fiebre supera los 38 grados centígrados.

Lo que sucede es que algunos niños tienen el cerebro muy inmaduro. Cuando aumenta la temperatura se acelera el metabolismo. Debido a eso es más fácil que la actividad de una neurona pase a otra desencadenando la convulsión.

No todos los niños pueden sufrir estas convulsiones, sino solo algunos que están predispuestos a padecerlas. Los niños con antecedentes familiares son propensos a tener convulsiones febriles. Si el niño tuvo una convulsión antes de los 15 meses podría volver a padecerla. Por lo general, los niños dejan de experimentarlas alrededor de los 5 años.

Estas convulsiones no son consideradas otra forma de epilepsia. Pero existe un riesgo mayor de padecer este trastorno si sufrieron convulsiones febriles.

Tipos de convulsiones

Existen dos tipos de convulsiones febriles. Las simples y las complejas. Las convulsiones simples generalmente duran pocos minutos, en casos esporádicos pueden durar hasta 15 minutos. Durante estas convulsiones el niño puede quejarse, poner los ojos en blanco, orinar o vomitar y desmayarse. 

Las convulsiones complejas pueden incluir sacudidas que afecten la mitad del cuerpo o una parte en específico. Duran más de 15 minutos y aparecen más de una vez en 24 horas.

Cómo actuar ante convulsiones febriles

En el momento de la convulsión es importante mantener la calma. Lo primero que hay que hacer es poner al niño en el suelo y alejar los objetos que puedan causarle daño. Es preferible colocar al pequeño de lado para evitar que pueda asfixiarse, después hay que aflojarle cualquier prenda de vestir que le pueda hacer presión. 

Es importante estar pendiente si el niño tiene dificultades para respirar o si el rostro se vuelve azulado. Si es posible hay que tomar el tiempo de duración de las convulsiones. Durante las convulsiones febriles es importante no ponerle nada en la boca ni darle algún medicamento. Tampoco hay que intentar contener o sostener al niño ni darle un baño de agua tibia o fría para disminuir la fiebre. 

Cuando terminen las convulsiones hay que llevar al niño a un medico para que encuentre la causa exacta de la fiebre. Por lo  general no necesita ningún tratamiento adicional. 

Ahora que sabes cómo actuar ante convulsiones febriles puedes tomar las medidas correctas por si se presentan. Recuerda que no son graves, pero es importante acudir al médico para que indique los pasos a seguir.