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Causas, síntomas y principales tratamientos de la legionella

Conoce las principales causas y síntomas de la Legionella, una infección pulmonar producida por una bacteria muy común en aguas estancadas.

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La legionella es una infección pulmonar que se desarrolla por una bacteria de la familia Legionellaceae. Suele desarrollarse en ambientes de agua dulce, siendo muy común en aguas estancadas, como lagos o arroyos.  Muchas personas suelen contagiarse de la misma por un mal mantenimiento en sistemas de agua y aire acondicionado de grandes edificios.

Las bacterias se inhalan al respirar y de esta manera empieza el proceso de infección. Algunos de los principales síntomas de la legionella son la fiebre, la tos y la diarrea, acompañado por dolores musculares.

Principales causas de la legionella

Como hemos señalado, la principal fuente de esta bacteria está en aguas estancadas. En este caso, y aunque no se transmiten de una persona a otra, podemos contagiarnos en bañeras de hidromasaje o jacuzzi, las unidades de aire acondicionado de edificios grandes, fuentes decorativas o bien de tanques de agua caliente.

Debemos remarcar que tanto los aires acondicionados de los automóviles como los de las casas no usan agua para refrigerar, por lo que no vaporizan agua y no hay riesgo de cultivo de legionelas.

Síntomas

Entre los distintos síntomas que se producen cuando alguien tiene la legionella destaca el bajo estado anímico que comporta un cansancio y debilidad generales. Por otra parte, destaca el dolor de cabeza, fiebre alta o bien tos. Algunas personas confunden estos síntomas con los de la gripe, por lo que el diagnóstico a veces se hace algo complicado.

Por otro lado, también se da el caso de la neumonía por legionella, llamada enfermedad del legionario, con tos, sensación de falta de aire, diarrea, dolores torácicos al respirar, dolor abdominal y fiebre. La mortalidad por neumonía puede darse, pero depende de diversos factores, como es el caso de la edad del paciente, el desarrollo de la enfermedad, y no haberse tratado correctamente. La edad media de los pacientes con legionelosis oscila entre los 55 y los 60 años.

La mayoría de personas sanas que se exponen a las bacterias Legionella no acaban desarrollando síntomas o no llegan a infectarse. Quienes tienen mayor riego son personas de más de 50 años, fumadores o exfumadores o que tengan enfermedades crónicas que debiliten su organismo.

Se tendrá especialmente cuidado con personas con cáncer, diabetes o insuficiencias renales o hepáticas, así como los que tengan un sistema inmunitario debilitado.

Tratamiento de la legionella

Esta enfermedad suele ser más común durante los meses de verano y otoño. Como hemos comentado, el diagnóstico puede hacerse algo complicado, y deben contrastarse bien sus síntomas al ser parecidos a una gripe algo severa. Para estos casos se realizarán diagnósticos de laboratorio.

Su tratamiento base pasa por el uso de antibióticos, pero cuando la enfermedad ya es más grave, puede aconsejarse la combinación de rifampicina más un macrólido o quinolona.

Es esencial llevar un seguimiento de los síntomas y consultar a un médico si estos empiezan a agravarse o no parecen mejorar. Se pueden confundir fácilmente con otras dolencias, por lo que en caso de duda, lo mejor será acudir a un centro médico.