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Los casos de botulismo en Turquía ascienden a 87, 20 más que a principios de marzo

  • Diego Buenosvinos
  • Especialista en periodismo de Salud en OKDIARIO; responsable de Comunicación y Prensa en el Colegio de Enfermería de León. Antes, redactor jefe en la Crónica el Mundo de León y colaborador en Onda Cero. Distinguido con la medalla de oro de la Diputación de León por la información y dedicación a la provincia y autor de libros como 'El arte de cuidar'.

El brote de botulismo originado en Turquía por las inyecciones gástricas de toxina botulínica para perder paso ya alcanza los 87 casos, según los datos ofrecidos por el Centro Europeo para el Control y la Prevención de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés). El pasado mes de marzo, las mismas autoridades sanitarias advirtieron que Turquía había decidido clausurar varios servicios hospitalarios implicados en el brote de botulismo y que se ha abierto una investigación para esclarecer lo sucedido.

El organismo europeo ha aconsejado a las personas que hayan viajado a Estambul e Izmir para someterse a este tratamiento y presenten síntomas compatibles con botulismo (debilidad, dificultad para respirar y/o tragar) que acudan al médico «lo antes posible».

Ante este riesgo, el ECDC ha pedido «encarecidamente» a los ciudadanos europeos que eviten los tratamientos intragástricos con toxina botulínica contra la obesidad en Turquía, ya que «actualmente se asocian a un riesgo significativo de desarrollar botulismo».

Los síntomas del botulismo iatrogénico se caracterizan por debilidad y dificultad para tragar. Las toxicidades tras un tratamiento cosmético incluyen síntomas oftalmológicos y orofaríngeos (visión borrosa, párpado caído, dificultad para tragar y sequedad de boca), mientras que las toxicidades tras tratamientos terapéuticos están relacionadas con la dificultad para respirar y la debilidad.

Los síntomas del botulismo pueden ser muy graves y requerir un tratamiento de cuidados intensivos, así como la administración de una antitoxina. Incluso cuando se dispone de estos tratamientos, la recuperación completa suele tardar semanas o meses, tal y como recuerda el ECDC. En el caso del botulismo de origen alimentario, entre el 5 y el 10 por ciento de los casos son mortales.

Intervenciones médicas entre el 3 de febrero y el 1 de marzo

Todos los pacientes fueron sometidos a intervenciones médicas entre el 3 de febrero y el 1 de marzo destinadas a ayudarles a perder peso con inyecciones gástricas de toxina botulínica. Por el momento, hay casos leves como graves, aunque ya se han producido varias hospitalizaciones e ingresos en Unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Los hospitalizados han recibido tratamiento con antitoxina botulínica.

Las investigaciones llevadas a cabo por las autoridades turcas han revelado que la toxina botulínica, aunque autorizada, se administraba «fuera de lo indicado para el tratamiento de la obesidad mediante inyecciones intragástricas». En consecuencia, ya en marzo se suspendieron las actividades de los departamentos de dos hospitales y se abrieron investigaciones contra las partes implicadas.

La inyección de toxina botulínica intragástrica en animales y humanos se emplea en ocasiones como tratamiento para la obesidad, aunque no está autorizada en España. Su efecto incluiría el retraso del vaciamiento gástrico y la inducción de saciedad temprana, con la consiguiente disminución de la ingesta y la pérdida de peso. Sin embargo, presenta más riesgos que otras operaciones para la pérdida de peso, ya que esta toxina en dosis altas es peligrosa.