OkSalud

Cáncer de próstata, alimentación y estilo de vida

"Una dieta oncosaludable definida por un consumo mayoritario de alimentos de origen vegetal y con propiedades anti inflamatorias y antioxidantes disminuye la probabilidad del cáncer de próstata"

Según un informe de «Lancet» en el año 2040 los casos de cáncer de próstata se van a duplicar en el mundo (2.9 millones) y en estos años aumentará la mortalidad hasta alcanzar un 85% (700.000 muertes).

El cáncer de próstata es el tumor más frecuente en varones y constituye la tercera causa de mortalidad por cáncer en varones sólo por detrás del de pulmón y del colorrectal. Es causa importante de morbilidad y mortalidad a nivel mundial, representando el 15% de todos los cánceres masculinos. En España, se estima que habrá más de 30.000 nuevos casos de cáncer de próstata este año, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

Las causas del cáncer de próstata no son claras

Es una enfermedad que se desarrolla principalmente en varones de edad avanzada y es raro en menores de 50 años. El riesgo de padecer este tipo de cáncer se incrementa con la edad. El envejecimiento de la población y el aumento de la esperanza de vida están contribuyendo significativamente a esta tendencia creciente. Se ha observado también que es más frecuente entre los varones de raza negra, quienes a menudo presentan formas agresivas de la enfermedad.

Tiene una carga genética muy importante. Los antecedentes familiares son muy determinantes. En caso de afectación previa de un familiar de primer grado (padre o hermano), el riesgo de padecer cáncer de próstata es el doble, y si hay dos, el riesgo se multiplica por 10 veces.

Se sabe que hay mutaciones que parecen aumentar el riesgo de padecerlo, pero probablemente sean solo responsables de un pequeño porcentaje de casos. Por ejemplo, las mutaciones hereditarias de los genes BRCA1 o BRCA2, que están vinculadas a un mayor riesgo de cáncer de seno y de ovario en algunas familias, también pueden aumentar el riesgo de cáncer de próstata en los hombres.

El cáncer de próstata no se puede prevenir de manera segura. Muchos factores de riesgo, tales como la edad, la raza, y los antecedentes familiares no se pueden controlar. No obstante, existen algunas medidas de estilo de vida que se pueden tomar para tratar de reducir el riesgo de padecer esta enfermedad.

¿Cuál es el papel de la alimentación?

La participación de la dieta en el desarrollo de un tumor puede ocurrir de forma directa, a través de alimentos concretos, o de forma indirecta a través del sobrepeso. Hay una fuerte evidencia de que el exceso de peso incrementa el riesgo de padecer cáncer de próstata avanzado. Según la Fundación Mundial para la Investigación en Cáncer, los hombres obesos parecen tener un mayor riesgo de padecer cáncer de próstata avanzado y de morir a causa de esta enfermedad.

¿Existen alimentos que aumenten el riesgo de cáncer de próstata en los varones?

El consumo diario de una alta ingesta de lácteos aumenta el riesgo de cáncer de próstata. Sin embargo un consumo moderado de leche, alrededor de unos 200 mililitros al día, no se ve acompañado de un aumento del riesgo. Se aconseja que, al menos, los hombres con antecedentes familiares de cáncer de próstata o con presencia de otros factores de riesgo eviten un consumo elevado de este tipo de productos.

Hay que alejarse de la llamada «dieta occidental» por su demostrada relación con el sobrepeso. Los elementos que definen a este tipo de dieta y que no deben de estar presentes en nuestro patrón de alimentación son los productos y carne ultraprocesados y las bebidas azucaradas, productos con un alto contenido energético y muy bajo contenido en nutrientes, y cuya relación con el incremento de peso es innegable, así como su relación causal de muerte prematura y riesgo de padecer cáncer.

¿Existen alimentos que protejan frente al cáncer de próstata?

No se puede concretar que ningún alimento por si solo ejerza efecto protector frente al cáncer de próstata, pero sí que una dieta «oncosaludable» definida por un consumo mayoritario de alimentos de origen vegetal y de alimentos con propiedades anti inflamatorias y antioxidantes disminuye la probabilidad del cáncer de próstata. La dieta consistente en consumo elevado de frutas y vegetales, cereales, frutos secos semillas, legumbres, aceite de oliva virgen extra como fuente principal de grasas, consumo moderado de quesos y yogurt, bajo consumo de azúcares o harinas refinadas y de carnes rojas o procesadas y elevado consumo de pescado ha mostrado su beneficio para disminuir el riesgo de padecer cáncer de próstata o para reducir la aparición de recidiva en los casos que lo han desarrollado.

¿La dieta afecta el riesgo de progresión después del cáncer de próstata?

Un estudio recientemente publicado sugiere que después del diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata, también este tipo de dieta, con una presencia importante de alimentos de origen vegetal mejora el pronóstico de la enfermedad.

¿Evitar los dos comportamientos de riesgo de una estilo de vida no saludable, tabaquismo y alcohol, podrían reducir el riesgo de padecerlo?

En relación con el tabaquismo la mayoría de los estudios no ha encontrado un vínculo directo entre el hábito de fumar y el cáncer de próstata. Si bien, algunas investigaciones han vinculado el fumar con un posible aumento pequeño en el riesgo de morir a causa de cáncer de próstata, aunque este hallazgo necesita ser confirmado por otros estudios. Lo mismo ocurre con el consumo de alcohol, aunque no hay estudios que confirmen que su consumo sea una causa directa, si los hay que hablan del poder mutagénico del acetaldehído, compuesto que resulta de la metabolización del alcohol, por lo que la recomendación es evitar el consumo.

En conclusión, puede decirse que una dieta en la que abundan las verduras, las legumbres y frutas, el aceite de oliva saludable, y el pescado y donde hay poca presencia de carne roja, probablemente sea la más ventajosa en términos de prevención de cáncer de próstata, así como de otros tipos de cáncer; pero también este tipo de dieta es recomendable tras el diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad, ya que mejora el pronóstico de la misma, disminuyendo el riesgo de progresión y la diseminación del cáncer.

Dra. Emilia Gómez Pardo
Asesora científica de la Fundación CRIS contra el cáncer