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Los beneficios de los deportes de verano

Practicar deporte en la arena provoca un menor impacto en las articulaciones y fortalece la musculatura, sin embargo hay que tener cuidado con la exposición al sol y a las altas temperaturas

La llegada del verano y las altas temperaturas nos vuelven aún más perezosos y nos hacen dejar a un lado la rutina deportiva que seguimos con disciplina el resto del año. De vacaciones, además, ir al gimnasio se hace prácticamente imposible, por lo que muchos optan por no perder la oportunidad de hacer ejercicio mientras están en la playa. Y es que, aunque parezca mentira, la arena es un lugar idóneo para el deporte ya que no sólo provoca un menor impacto en las articulaciones, sino que, además, fortalece la musculatura del pie, el tobillo y la pierna.

Entre los deportes más practicados en verano se encuentran el voleibol, el frisbee, el tenis y el bádminton, el yoga o la capoeira, pero también el propio fútbol, el rugby o el balonmano. Deportes de los que se pueden obtener numerosos beneficios, pero que también entrañan riesgos que hay que tener en cuenta.

Beneficios de practicar un deporte en la arena

La práctica de deportes en la arena de la playa provoca un menor impacto en las articulaciones ya que la arena actúa como un amortiguador natural. Algo especialmente beneficioso para personas que sufran problemas articulares o lesiones, explica el Dr. César Flores, jefe de Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología en Olympia, que recuerda también que «caminar, correr o practicar deporte descalzo en la arena requiere de un mayor trabajo de los músculos del pie y los arcos plantares para mantener la estabilidad y el equilibrio».

La superficie irregular de la arena pone a prueba todo el cuerpo, los músculos trabajan aún más lo que fortalece los músculos estabilizadores y los de las piernas: el pie, el tobillo, los muslos y los glúteos. Además, añade el especialista, «deportes como correr o jugar voleibol, requieren un esfuerzo adicional debido a la resistencia que ofrece la arena, lo que ayuda a mejorar la resistencia cardiovascular y fortalece el corazón».

Los riesgos del deporte en verano

Entre las lesiones más comunes asociadas a la práctica de deporte en la playa están las musculares, pero también las quemaduras y los golpes de calor. La superficie inestable de la arena aumenta el riesgo de torceduras y esguinces en los tobillos, así como de desgarros o distensiones de ligamentos de las rodillas. El músculo, recomienda el Dr. Flores, «debe prepararse siempre con ejercicios de calentamiento y fortalecimiento, y la intensidad de la actividad debe aumentar gradualmente», señalando la importancia de «mantener una buena técnica y postura, y el uso de un calzado adecuado y de soporte si es necesario».

No menos importante es cuidarse del sol. Para una práctica segura, los especialistas de Quirónsalud insisten en la importancia de usar ropa que proteja de la radiación como gorras, camisetas de manga larga y pantalones ligeros, y por supuesto, aplicar protector solar de amplio espectro (mínimo FPS50), así como de volver a aplicarlo cada 2 horas.

Se recomienda evitar las horas pico de radiación solar (entre las 12:00h y las 16:00h), cuando el sol está en su punto más alto en el cielo y existe mayor riesgo de quemaduras solares y daño en la piel, y optar mejor por las primeras horas del día, antes de que el sol esté demasiado alto y la temperatura es más fresca (antes de las 12:00h), cuando la radiación solar es menos intensa, y se reduce el riesgo de quemaduras solares; o incluso esperar hasta la tarde (a partir de las 16:00h), cuando el sol desciende y la temperatura es más suave.

Además, realizar deporte intenso en la playa sin una hidratación adecuada puede aumentar el riesgo de golpe de calor. Para prevenir estas situaciones es esencial beber suficiente agua antes, durante y después del deporte, y prestar atención a los signos de deshidratación (sed intensa, sequedad en la boca y mareos), escuchar siempre al cuerpo, descansar y permitir una recuperación adecuada ante cualquier signo de fatiga.

Aprovechar el potencial de la arena

El gasto energético en la arena es 1,6 veces mayor que el que se produce en un terreno firme, por lo que los deportistas pueden aprovechar el entorno con un entrenamiento gradual y progresivo, y una adaptación de la técnica de movimiento para optimizar el rendimiento: la velocidad, por ejemplo, es más lenta por lo que aumenta el esfuerzo que se necesita para lograr un rendimiento similar fuera de la arena.

En base a esto, es recomendable, recuerda el especialista de Quirónsalud, «mantener un ritmo constante y un control de la respiración para hacer frente al esfuerzo cardiovascular y pulmonar requerido y el mayor trabajo que supone para los músculos respiratorios como el diafragma y los músculos intercostales».

Deporte en la arena: ¿descalzo o calzado?

Normalmente en la arena siempre vamos descalzos, por lo que es habitual que no nos calcemos tampoco para practicar ningún deporte que se haga en la playa. Sin embargo, los especialistas recomiendan utilizar calzado específico para proteger los pies y mejorar el rendimiento en algunos deportes como el voleibol, el fútbol, o el balonmano, donde las zapatillas con suelas especiales ofrecen agarre y tracción en la arena, brindando mayor estabilidad y protección para los pies durante los movimientos rápidos y los saltos.

Sin embargo, para correr, caminar o hacer ejercicios de fuerza es más beneficioso hacerlo descalzo. Esto permite que los músculos del pie trabajen de manera más natural, se adapten a la superficie y se fortalezcan.

Es importante recordar que el calzado nos puede evitar lesiones por objetos cortantes como conchas o piedras que se encuentren enterradas en la arena, por lo que es recomendable inspeccionar y limpiar el área antes de comenzar la actividad deportiva.

Evitar accidentes y lesiones

Aunque la actividad física en la arena puede ser beneficiosa para muchas personas, está desaconsejada si existen lesiones anteriores, problemas de equilibrio, o enfermedades cardiovasculares o respiratorias. Este tipo de deportes pueden estar contraindicados en personas con sensibilidad al calor y en aquellos que sufran alergias o sensibilidad a la arena, así como en las mujeres embarazadas.

Desde Quirónsalud recomiendan siempre escuchar al cuerpo, comenzar gradualmente, y tomar las precauciones adecuadas para cada deporte, así como buscar orientación profesional antes de iniciar un nuevo deporte, y por supuesto, consultar con un especialista si se tienen condiciones médicas particulares.