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Los beneficios de las algas en nuestra dieta

En nuestra cultura las algas continúan siendo un alimento con muy poco protagonismo. Triunfa sobre todo en países como China, Corea y Japón, en donde se presenta como una vegetal que reporta distintos beneficios a la salud. Crecen en agua salada y para proliferar, al igual que las plantas terrestres, precisan de la luz solar, como recoge la web del Consejo Europeo de Información Alimentaria. (EUFIC). En este artículo te damos los beneficios de las algas en nuestra dieta.

Gran variedad

Si por algo destacan las algas es por su gran variedad. Encontramos más de 10.000 tipos, de las cuales muchas de ellas son aptas para el consumo de los humanos. La Nori es un alga roja que se emplea en Japón para envolver el sushi, pero también en el Reino Unido resultan muy comunes la Laver y la Sloke. En el Lejano Oriente se utilizan como agentes saborizantes en sopas y estofados las Wakame y Kombu, que cuentan con un aspecto amarronado.

En las costas de Irlandia, Inglaterra y Escandinavia suelen crecer algas verdes como la lechuga de mar, que son ideales para cocinarlas en sopas o crudas en ensaladas. Por lo general se venden de manera deshidratada en los canales comerciales.

Beneficios más importantes

Ciertas investigaciones aseguran que polisacáridos encontrados en algas marinas como el wakame y el kombu cuentan con propiedades anticancerígenas, aunque hay que decir que aún no se ha probado en humanos.

Suelen ser muy ricas en minerales y micronutrientes porque van absorbiendo minerales del agua salada. En el caso del hierro y el calcio, resulta más sencillo que acumulen unos mayores niveles que si se compara con otras plantas terrestres. En ciertos casos como en una porción dulse, encontramos más hierro que en un filete de solomillo, mientras que 8 gramos de kombu cuenta con más calcio que una taza de leche.

También nos aportan elevadas cantidades de yodo, que son esencial para el adecuado funcionamiento de la tiroides. Sin embargo algunos organismos que han levantado la voz de alarma por su excesivo contenido en yodo, como fue el caso del Instituto Federal Alemán de Evaluación de Riesgos. En un estudio realizado en 2004 también se detectaron en las algas marrones grandes cantidades de metales pesados como el arsénico.

El alto contenido que tienen en sodio también hace que moderemos bastante su consumo, sobre todo si no nos recomiendan la sal.

Fibra y vitaminas

Con las algas marinas aumentamos la sensación de saciedad, sobre todo porque son ricas en fibras solubles que no son digeridas por los intestinos. A la hora de controlar el apetito podrían compararse con el poder de las frutas y verduras normales.

También hay que decir que estos vegetales marinos cuentan con muy poca grasa y distintas variedades destacan por sus proteínas. Pueden llegar a contener unos niveles de aminoácidos esenciales muy similares a los de los huevos y legumbres. También en cantidades importantes encontramos en las algas las vitaminas A, C y E.

Se pueden comer son arroz, ensaladas, sopas, legumbres, estofados o con carnes.