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Cómo evitar las ampollas cuando practicas running

Las ampollas y las rozaduras son dos heridas comunes en corredores y atletas

El running es una de las modalidades deportivas más populares del momento, gracias a su increíble papel en el buen estado físico y anímico del individuo. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce. La intensidad y constancia que requiere este tipo de entrenamiento provocan la aparición de lesiones, rozaduras y, sobre todo, ampollas. Pequeñas heridas que parecen insignificantes, pero que al final resultan de lo más molestas.

¿Qué son las ampollas?

Las ampollas son consecuencia del roce y la fricción continuados.

Una flictena o ampolla es la acumulación de líquido transparente o sanguinolento en la capa externa de la piel tras un roce o fricción continuado. En el caso de los corredores, estas suelen aparecer en los dedos, la parte posterior del talón o el arco del pie. Aunque también hacen acto de presencia en otras zonas del cuerpo por causas variadas como las quemaduras, el aumento de humedad, las reacciones alérgicas o episodios de dermatitis.

La higiene y la transpiración son dos aspectos de suma importancia.

Aunque esta lesión no pone en riesgo la salud del individuo, sí que afecta notablemente a su rendimiento. Para solucionar este problema es fundamental tener un control exhaustivo de la herida, capaz de recuperarse por si sola o de ser eliminada en el mismo instante de su aparición.

Esta operación se lleva a cabo con una aguja esterilizada, con la que debes realizar diferentes punciones en los extremos de la ampolla para extraer todo el líquido. Después, coloca un apósito encima para evitar la aparición de una nueva ampolla. Eso sí, es muy importante que no retires la piel sobrante, esta protege la herida de las infecciones.

¿Cómo podemos evitar la aparición de ampollas?

Utiliza siempre unas zapatillas que se adapten por completo al pie.