¡Alerta de medusas! ¿Cómo debemos comportarnos?
Si no te ha picado nunca una medusa, no has tenido infancia. Dirán los que llevan toda su vida veraneando en pueblos con playa; y aunque la verdad es que sí es común sufrir las picadas de esta fauna marina en un descuido durante el baño, al hacernos mayores y ser conscientes de lo fastidiosas que son, intentamos evitarlas a toda costa. Cuando vemos medusas, ¿cómo debemos comportarnos?
Se dice que la presencia de estos animales marinos se debe a la subida de la temperatura del mar, y aunque es en parte cierto, la verdad es que su acercamiento a la costa es un fenómeno natural que se debe a las corrientes y al viento que las acercan a las playas.
Su hábitat ha sufrido un aumento en el Mediterráneo, donde llueve poco, la barrera entre la costa y el océano es bastante fina y la salinidad del agua es homogénea. Además, la sobrepesca ha acabado con muchas especies que se alimentaban de medusas, como las tortugas marinas, los atunes o los tiburones planctófagos, y eso ha permitido que varias especies de este animal se reproduzcan.
Las más comunes, además de la aurealia aurita (medusa común), suelen ser la avispa marina (carybdea marsupialis), la carabela portuguesa (physalia physalis), la aguamala aguamar (rhizostoma pulmo) o la medusa velero (velella velella), cada una con unas características particulares en color, forma e intensidad de la picadura pero todas molestas, aunque necesarias para conservar la biodiversidad del mar.
La mayoría de picaduras son leves y producen irritaciones, picor, escozor e incluso quemazón que aunque dejan un poco de dolor que persiste, desaparecen espontáneamente en poco tiempo, por lo que sean transparentes o coloridas, se desaconseja tocarlas, sobre todo la carabela portuguesa, violácea y muy grande cuyos tentáculos están llenos de células urticantes y pueden producir incluso fiebre alta, vómitos, mareos, laceraciones en la piel y problemas cardíacos.
Aun así no son las que más abundan, pues hay más de 200 especies de medusas en nuestro litoral y la picadura de la mayoría de ellas no es tan grave.
Para evitar estos desagradables encuentros, sobre todo si somos alérgicos o especialmente sensibles (niños, ancianos y personas con sobrepeso), lo más recomendable es no meterse en el agua si se ha verificado la presencia de medusas y evitar las áreas donde atracan los barcos.
En caso de recibir una picada, se recomienda extraer los restos de medusa que puedan quedar insertados en nuestra piel y usar suero fisiológico para limpiar bien la zona afectada, nunca agua dulce. En caso que la gravedad del aspecto de la picadura o del dolor empeore, siempre se debe acudir al médico.
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