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Los adultos sordos no pueden volver a oír, según una investigación

A pesar de las esperanzas que se tienen puestas en la ciencia y los avances que pueden mejorar la calidad de vida de las personas, muchas veces los resultados de las investigaciones no son tan positivos como a los propios profesionales les gustaría que sean. Nuevos estudios confirmaron las peores sospechas de los médicos: los adultos sordos no pueden volver a oír.

Especialistas del USC Stem Cell, de la Universidad del Sur de California, explicaron que los mayores están incapacitados a la hora de recuperar este sentido porque las células auditivas sensoriales del oído interno no se regeneran si se dañan.

Por qué los adultos sordos no pueden volver a oír

Tanto estos expertos como otros publicaron una nota en la revista Proceedings of the National Academy of the Sciences -PNAS- detallando los resultados de sus ensayos. Las pruebas demuestran que esta condición es irreversible porque las células de soporte no sensoriales que hay en el oído interno se desactivan cuando no se usan. Es lo que se conoce como «silenciamiento epigenético».

John Duc Nguyen, doctor líder del proyecto, amplió el informe destacando que «al estudiar cómo se desactivan los genes, empezamos a entender cómo podemos volver a activarlos para regenerar la audición». Sus primeras conclusiones al respecto estuvieron centradas en los genes Sox4 y Sox11, señalados como los únicos capaces de recuperar las células auditivas sensoriales.

Expectativa en los embriones

Por otro lado, al experimentar con ratones sordos, los científicos sí pudieron revertir la condición de los roedores a punto de nacer. Durante los primeros días de desarrollo embrionario, las células de soporte no sensoriales sí respondieron a los estímulos externos.

Ahora bien, sólo los ejemplares con genes Sox4 y Sox11 pudieron revertir el estado de discapacidad del oído. Aquellos ratones desprovistos de este gen no mostraron potencial de regeneración del sentido, a pesar de los intentos de los investigadores.

Ksenia Gnedeva, otra de las participantes del proyecto, adelantó que seguirán «explorando los mecanismos por los que las células del oído interno adquieren la capacidad de diferenciarse como células sensoriales durante el desarrollo y cómo pueden utilizarse para promover la recuperación de las células auditivas sensoriales en el oído interno maduro» aún en edades más avanzadas.

Si bien puede que los adultos mayores ya no tengan tantas posibilidades de volver a escuchar, aún se cree que hay elevadas probabilidades de poder intervenir en los genes embrionarios para «despertar» este sentido en los embriones en pleno desarrollo.