Opinión

Vicente Gil: «Peinado: la cacería de Sánchez, Begoña y sus medios contra el juez es despiadada»

En Moncloa y en el PSOE empiezan a estar de los nervios. Eso dicen. Hasta ahora, los portavoces/pelotas oficiales de Sánchez se han dedicado a despreciar el caso de Begoña Gómez, pero las caras empiezan a cambiar. La fachosfera, los periódicos ultras, el juez Peinado es un loco, etc… sirvieron de argumentario en las primeras semanas. Pero lo cierto es que el caso va escalando y ya toca a Sánchez directamente, aunque sea como testigo. Esa imagen declarando ante el juez no la quieren en Moncloa. Saben que tarde o temprano se verá.

Los abogados de Begoña Gómez (Antonio Camacho y la Fiscalía) han recurrido la citación de Sánchez alegando que Peinado cita artículos de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que no existen. La prensa internacional se hace eco de que el presidente del Gobierno de España tiene que declarar ante el magistrado que investiga a su mujer por corrupción. Como pueden comprobar ustedes hay una gran cantidad de pseudomedios por el mundo: The Times, Le Monde, Il Corriere, Reuters, Bloomberg

La lista de daños del caso Begoña Gómez empieza a crecer. La imagen de Sánchez ante un juez no se la esperaban. Así comenzó el final de Rajoy: declarando como testigo en julio de 2017. 11 meses después estaba en su casa. Es verdad que los Garzón, De Prada y el PSOE conspiraron con acierto contra el PP, mientras que ahora el PP parece missing. Ni está ni se le espera. Ellos sabrán por qué. No están ni personados en la causa. Tampoco saben si hay que llamar a declarar a Begoña Gomez al Senado. Y estos días les vemos dudar sobre las tropelías de Pumpido con los ERE. No saben si llevarlas a Europa o no.

El caso Begoña Gómez implica de lleno al PSOE, básicamente porque el PSOE lo ha hecho suyo. No en vano, el inefable Antolín, jefe de prensa de Ferraz, se pasea con la imputada por la plaza de Castilla como Pedro por su casa. Y nunca mejor dicho. Los ministros siguen la cacería pública y despiadada del juez Peinado, amplificada por su coro de medios afines, aunque Peinado lleva muchos años en esto y, a su edad, ya no tiene nada que perder. La izquierda en las redes habla de «golpe de estado» y anima a echarse a quemar las calles para defender a Sánchez. Lo de siempre.

El asunto quedará judicialmente en lo que quede (en esto consiste el estado de derecho) pero a Peinado no lo podrán comprar con un carguete como a otros jueces en instancias judiciales superiores a las que el PSOE está confiando su suerte a base de recursos. Moncloa ya está poniendo el radar en algunos jueces, ahora que viene la renovación del CGPJ (gracias al PP) y, con ella, toca mover banquillo en decenas de puestos clave de audiencias y tribunales. Por esto, entre otras razones, el PSOE aceptó renovar el CGPJ: para intentar comprar jueces, tipo Pumpido, que le saquen a Begoña las castañas del fuego cuanto antes frente al juez Peinado, que no será perfecto pero es insobornable.

El felón de La Moncloa se creía que, por su cara bonita y sus mentiras habituales, el tema se iba a diluir con el tiempo y que iba a poder destrozar con su troupe mediática a un instructor honrado, como Peinado. El martes, por lo pronto, lo tendrá enfrente, aunque sólo sea para no declarar. Los españoles veremos al segundo presidente en ejercicio ante un juez si los recursos no prosperan: después de Rajoy, le ha tocado a Sánchez. Justicia divina. Esta es la verdad que pica en Moncloa.

El caso de Begoña Gómez tiene numerosas vertientes que muestran la impunidad con la que la parejita viene actuando desde que okupó (con K) La Moncloa en junio de 2018. Hoy les hablamos de María Cristina Álvarez Rodríguez. Y ustedes, como siempre, dirán: ¿Y quién es esta señora?

María Cristina Álvarez es la asesora de Moncloa que hace las veces de secretaria o ayudante de Begoña Gómez. Hasta aquí todo normal. Otras esposas de presidentes del Gobierno tuvieron una figura así. Pero, claro, la tuvieron para ayudar a la mujer del presidente en los asuntos oficiales y públicos que les concernían.

La figura de Cristina Álvarez, sin embargo, tiene otro perfil. Cristina Álvarez emerge en Moncloa nada más llegar el felón y su mujer al palacio presidencial. Sánchez ficha a Cristina Álvarez el 16 julio de 2018 e, inmediatamente, la blinda con el cargo de directora general y un sueldazo que oscila -según se ha publicado- entre los 90.000 y los 110.000 euros. Es decir, Sánchez (que cobra 90.000 euros) le pone a la asistente de su mujer un salario que llega a los 110.000 euros anuales. Las asistentes que tuvieron las esposas de Rajoy y de Zapatero cobraban 50.000 euros y no fueron ascendidas a directoras generales.

Cristina Álvarez, por tanto, debe de ser un fenómeno, un auténtico portento, como asesora para tener ese sueldazo. Cristina Álvarez es uno de los 800 asesores contratados por Sánchez para Moncloa.

Con tanto asesor, no es de extrañar que el día de la selección española, nuestro Kim Jong-un ibérico tuviera niños a mansalva en los jardines monclovitas para aplaudirle mientras las cámaras del servicio oficial de TV de Moncloa (que pagamos todos) sacaba primeros planos del amado líder rodeado de niños. Con los hijos de los 800 asesores hubieran llenado el Bernabéu. En esto de la utilización de los niños, Pedro Chávez se une a la lista de sátrapas y dictadores que ya los han usado antes. Suele ocurrir cuando ya nadie te aguanta y no puedes salir a la calle porque te abuchean.

No sabemos -ni nos importa- si Cristina Álvarez tiene niños y estuvieron allí aplaudiendo al jefe. Cristina Álvarez fue contratada como responsable de programas y el sueldazo que le pusieron Sánchez y su mujer generó suspicacias y tensiones, a decir de una veterana funcionaria de Moncloa (así me lo contó) que, tras servir a diferentes presidentes de diferentes partidos, pero harta de la parejita Sánchez-Gómez y de su pléyade de inútiles y pelotas que han invadido Moncloa, pidió el traslado a donde fuera después de muchos años en la presidencia del Gobierno. Sánchez y Begoña Gómez han llenado Moncloa de mediocres que no se atreven a chistarles porque los dos personajes son, además, según algunos de los que han tenido que sufrirlos, bastante iracundos en sus reacciones cuando las cosas no salen como ellos quieren.

¿Qué problema hay con Cristina Álvarez y su trabajo para Begoña Gómez? Pues que aparece en la instrucción del juez Peinado y de la declaración de testigos y la documentación que consta en las actuaciones, se deduce que esta asesora ha estado, básicamente, trabajando en Moncloa, con medios de Moncloa y cobrando de Moncloa, pero para los negocios privados de Begoña Gómez.

La blindadísima asesora Cristina Álvarez (110.000 euros de salario público) gestionó y consiguió un contrato con Correos para la cátedra fake de Begoña Gómez el mismo día, el 12 de noviembre de 2020, que empezaba el máster asociado a la cátedra. Cristina Álvarez, con sus 110.000 euros de salario público, también se ha dedicado a reclamar las matrículas y pagos pendientes del máster (a modo de Cobrador del Frac) y ha ayudado a tramitar adjudicaciones de contratos públicos menores para la promoción del máster. Para ello ha usado el mail y el teléfono de Begoña Gómez. Cristina Álvarez se ha dedicado desde Moncloa a gestionar el máster privado de Begoña Gómez, pero con un sueldo público.

El ex vicerrector de la Complutense, Juan Carlos Doadrio, declaró ante el juez Peinado que Begoña Gómez «se presentaba en la Complutense, en muchas ocasiones, acompañada de una mujer llamada María Cristina Álvarez». En uno de los correos, con fecha 7 de octubre de 2022, que intercambiaron Begoña Gómez y la universidad durante las gestiones que terminaron con la esposa de Sánchez registrando a su nombre el software que le habían hecho gratis tres empresas, puede leerse: «Ayer se puso en contacto con nosotros Cristina, una de las acompañantes de Begoña Gómez en la reunión que tuvimos en tu despacho y ya anteriormente había atendido otra llamada de ella con lo mismo».

Y yo pregunto: ¿Qué pinta una asesora de la mujer del presidente del Gobierno a la que pagamos los españoles 110.000 euros haciendo gestiones, llamadas y mails desde sitios y teléfonos oficiales de Moncloa y acompañando a Begoña Gómez a reuniones de sus negocios privados? ¿Qué más medios públicos ha usado Begoña Gómez para sus fines privados?

Irene Tabera ha contado en OKDIARIO que el Colegio de Informáticos ha denunciado a Begoña Gómez por intrusismo profesional y Manos Limpias ha pedido al juez ampliar su denuncia a este delito. La razón: Begoña Gómez firmó, sin la titulación requerida, los pliegos de condiciones técnicas de las adjudicaciones de su máster. Se lo contamos en LA ANTORCHA hace semanas advirtiendo que el lenguaje que hay en esos documentos que hemos podido leer son propios de un lenguaje administrativo muy diferente a los mails personales de Begoña Gómez escritos por ella con un tono muy vulgar. Hace semanas nos preguntábamos si ha habido funcionarios de Moncloa, con sueldo público, redactando esos pliegos y haciendo de «negros» para Begoña Gómez. ¿Los escribió Cristina Álvarez o algún otro funcionario de Moncloa? ¿Qué más medios públicos -insistimos- ha usado Begoña Gómez para fines privados?

Juristas consultados ven en todo esto un delito de malversación, que se produce cuando se desvían fondos públicos por parte de una autoridad o funcionario público en beneficio propio o de terceros. En el caso de Cristina Álvarez, la super asesora de Begoña Gómez, las gestiones que llevó a cabo sirvieron para ayudar a los negocios privados de la mujer del presidente y no fueron en beneficio de la Presidencia del Gobierno que es para quien trabaja y quien le paga un (elevado) sueldo público.

Así nos gobiernan Pedro Chávez y Begoñita Perón. A ella le pusieron con nuestro dinero una asesora para sus negocios privados. La pagamos todos nosotros. 110.000 euros. Ni Cristina Kirchner lo hubiera hecho mejor.

Está claro que Begoñita Perón quiere vivir gratis total: asesora pagada con dinero público para sus negocios privados; el software que me lo hagan gratis Telefónica, Indra y Google, que para eso soy la mujer del presidente y, si no, os váis a enterar con el genio que tiene Pedro; luego le paso las facturas del mantenimiento de la plataforma digital a la Complutense aunque me la han hecho gratis y registro a mi nombre para explotarla. Igual que el máster que me han regalado. Y todo ello, por supuesto, medrando con empresas privadas que se han llevado sustanciosos contratos públicos desde que son amigas de la mujer del presidente.

Con este panorama de hechos ya conocidos y no desmentidos, hay una pregunta cada vez más pertinente: ¿Cuál ha sido, si la habido, la contraprestación para Begoña Gómez a sus cartas de recomendación para que Barrabés obtuviera esos contratos públicos millonarios? Los ciudadanos tenemos derecho a saber con todo detalle a qué se ha dedicado Begoña Gómez estos años en La Moncloa.

Y por cierto. Quiero llamar la atención sobre las fechas. Las fechas de este caso son importantes porque los españoles tendemos a olvidar.

Todo esto con Begoña Gómez ocurría mientras su marido nos tenía encerrados en casa y morían a diario, aún, cientos de personas por covid. Begoña Gómez se dedicaba con su asesora, en el verano de 2020, a pergeñar sus negocios privados mientras millones de españoles perdían los suyos y su trabajo o el Gobierno les hacía firmar un crédito ICO que los arruinaría con el tiempo, pero que siguen pagando.

En esto estaban inmersas las cabecitas de Moncloa, al menos las de Begoña Gómez y su asesora, con Pedro Sánchez presente, oliendo -por supuesto ya- los multimillonarios fondos europeos que iban a caer y que a usted, empresario mediano, emprendedor o autónomo que está hasta el cuello, no le han llegado aún. A los amigos de Begoña Gómez los fondos europeos les llegaron sin problemas, como, suponemos, a las empresas que apoyaron su máster y a las que, ahora, dicen, lo seguirán apoyando pese a todo.

Así de golfos fueron y han sido mientras nos hacían aplaudir a las 8 de la tarde como gilipollas desde las ventanas. Ellos estaban en lo suyo: en sus negocios.

«Salimos más fuertes», nos dijeron tras el covid, ¿lo recuerdan?, mientras Koldo y su trama, parece ser, se forraban y viajaban por el mundo con sus ‘sobrinas’. Está claro que algunos salieron mucho más fuertes del covid que otros.