Opinión

Susana o la nada

El futuro del PSOE será con Susana Díaz al frente o no será. La formación de Ferraz 70 comienza a recorrer este sábado un camino que ha de concluir necesariamente con su elección como secretaria general en el 39 Congreso Federal del partido. Cualquier otra opción supondría un suicidio colectivo para la socialdemocracia española que, carente de una alternativa carismática y sólida, ha de encomendarse a la regidora andaluza como si fuera la última esperanza. Por experiencia política, capacidad de gestión y respaldo histórico —Felipe González, Zapatero o Rubalcaba le han brindado su apoyo en reiteradas ocasiones— es la persona indicada para acometer las profundas reformas que necesitan unas estructuras internas aquejadas de aluminosis ideológica. Es la herencia que ha dejado la asoladora gestión de Pedro Sánchez. Aún así, el ex secretario general sigue empeñado en recuperar la dirección en el partido del puño y la rosa.

Volver a Sánchez sería volver al PSOE de los peores resultados electorales de su historia, al desprecio por la unidad de España y la connivencia con los independentistas catalanes, a las tendencias neopodemitas y, en general, a la chapuza procedimental como seña de identidad. El último ejemplo lo encontramos este pasado viernes por la mañana. Los escasos acólitos que aún le quedan —su avanzadilla ante la opinión pública— han dado un espectáculo más propio de un grupúsculo de políticos amateur que de una alternativa seria para el partido que más tiempo ha presidido la nación en democracia. En una rueda de prensa bajo el lema ‘Primarias y Congreso YA’, el caos inicial acabó convirtiéndose en esperpento cuando la reunión pasó a celebrarse en una cafetería y con la mayor parte de los periodistas sentados en el suelo. Los socialistas merecen algo mucho mejor. Un liderazgo a la altura de su historia. De entregarse al pedrismo, acabarían por desaparecer en las encuestas de intención de voto. Sucumbirían para siempre y convertirían el populismo radical de Podemos en la única opción a la izquierda del espectro político.