Opinión

Sediciosos envalentonados

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

¿Cuándo vuelve el prófugo más cobarde que jamás nació por estos lares hispanos? A no tardar, según fuentes sediciosas, «porque el presidente lleva muy mal su condición de exiliado político».

Para nadie relativamente informado de las cosas que se cuecen entre la Generalitat y Moncloa es un secreto que Puigdemont, el prófugo   malversador por excelencia, está ya preparando las maletas; antes tiene que tener la garantía de que Sánchez cumple sus exigencias. Estas parecen estar ya muy avanzadas. Ya verán ustedes que una vez en España, Sánchez se colgará la medalla de haberle traído de regreso. No dirá que viene con una clara victoria debajo del brazo y después de haber hecho pasar al Estado -representado por el Gobierno- por las horcas caudinas.

Se nota, en cualquier caso, un envalentonamiento corajudo entre los secesionistas, entre los que incluyo al PNV y a Bildu. Especialmente entre los independentistas catalanes. Se saben poderosos porque no sólo tienen el poder en las instituciones de aquel territorio, sino que nunca como hasta ahora han mandado/influido en el Gobierno de la nación. Es entendible su jolgorio y su interés por la permanencia en la Moncloa de un tipo como Sánchez. No han encontrado mejor aliado para su interés, ni lo encontrarán.

El papelón, otro año más, es para los constitucionalistas catalanes o que viven en Cataluña. Y van muchos. En cuanto abren la boca les mandan al gueto de la marginación y el señalamiento. Todo ello en un país que pertenece a la Unión Europea, que tantas lecciones imparte por el mundo acerca de los derechos humanos y las garantías jurídicas, mientras se violan flagrantemente en sus propias fronteras.

Ya sabíamos cómo son, de qué forman operan y cómo se las gastan los supremacistas. Lo que desconocíamos es que un jefe del Gobierno español rindiera sus responsabilidades ante tamaños vuelos gallináceos.