El regreso del gran vendehúmos

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  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Dicen sus amigos o los que fueron cuando desde el poder repartía favores y sinecuras que Sánchez trata de paliar su patética soledad llamando a su lado al que fue su particular rasputín en los primeros años tras la moción de censura y la persona que le convence para que se abrace a comunistas (Podemos), carlistas (PNV), separatistas (ERC&Junts).

Un tal Iván Redondo, el irónico personaje que tras cobrar más de 200.000 euros de Luis Bárcenas, el condenado tesorero del Partido Popular, convenció a Pedro Sánchez para que presentara una moción de censura por la corrupción de aquel gobierno. Antes había servido con fruición a otros candidatos menores del PP con sus correspondientes facturas, entre ellos, el extremeño Monago.

Lo más subrayable en Iván Redondo es su capacidad para facturar a unos y otros. Es la imagen viva de aquello que Alfonso Guerra definió como «sacaperras». Conozco alguno de sus clientes a los que antes consideraba inteligentes.

Redondo hizo una predicción que le deja en evidencia. Apostó a que la entonces podemita Yolanda Díaz sería la próxima presidenta del Gobierno cuando Sánchez; pocos años después, ahí tienen la justeza de su aseveración cuando la política gallega está al borde de la desaparición ante una incapacidad manifiesta.

Pues bien, dicen sus exégetas –que los tiene–, que Sánchez le ha requerido para que le saque del atolladero actual en el que chapotea. ¿Alguien con un mínimo conocimiento del personaje puede creer que el convicto peneuvista tiene esa capacidad milagrosa?

Taimado es, sin duda. Rico, también. Y poco más. Nadie es engañado si no tiene voluntad de ser burlado. Cuando escribí un libro crítico sobre el personaje, desde el poder monclovita intentó dejarme fuera de la circulación con el resultado de que aquí estoy, vivito y coleando. Continúo a la espera, vendehúmos.

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