Opinión

Puy du Fou: talento, valores eternos y riesgo

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

Cuando hay algo consistente, un proyecto histórico/empresarial consistente, el boca a boca funciona. No hace falta publicidad huera, porque la realidad termina por imponerse. Puy du Fou, que traducido del francés viene a significar en castellano «la colina del loco», es hoy una realidad manifiesta, con 300 millones de euros de inversión, por el que ha pasado ya casi dos millones de españoles, generalmente en familia.

Mi amigo y colega Jesús Nemesio Arroyo, 25 años en La Caixa, es el culpable de que me haya topado de sopetón (con numerosas referencias anteriores) con un imponente montaje levantado en un secarral cercano a la inmortal ciudad de Toledo. ¿Qué es Puy du Fou? Un parque temático de la Historia de España concebido sin ningún tipo de concesiones a los complejos de inferioridad. Punto. Unos guiones bajo la pluma de un ciudadano francés que compendian la luz de una historia grandiosa en términos generales cuya plasmación se realiza bajo el cielo estrellado de Toledo, bajo la batuta de su consejero delegado Erwan de la Villéon.

He sido testigo de cómo una multitud de 7.000 personas se emocionaba hasta el llanto ante el inabarcable espectáculo de su producto estrella, «El sueño de Toledo», sin olvidar para nada «El tambor de la libertad». Durante todo un día, con una puesta en escena de enorme pureza, desfilan los héroes españoles de todos los tiempos, desde el Cid Campeador, Isabel la Católica, Lope de Vega… Hasta la Guerra Civil que se despacha con sutil mención para dejar que el amor a España se pueda beber desde cualquier sensibilidad. ¡Y ha tenido que venir un francés a recordárnoslo!

En Puy du Fou, sin embargo, se subrayan valores que en tiempos de descreimiento se hace necesario sustanciar, incluso, para la mera supervivencia de una sociedad huera, líquida y en busca de sí misma.

En efecto. Hacía falta estar muy «loco» para idear un parque temático histórico sobre un secarral. Pero «loca» estuvo Isabel de Castilla para mandar a otro «loco» en busca del Nuevo Mundo. O para que un pueblo desangrado como el español de 1808 se alzara en armas y venciera al más formidable ejército de entonces.

Puy du Fou (Toledo) es, en efecto, un milagro venturoso para los que aman España y creen que hay valores (transcendencia, libertad, generosidad, fe) que resultan imprescindibles para transitar por esta vida.