Opinión

La progresiva desaparición de los reyes más antiguos de Europa

A pesar de que hasta hace unos años los monarcas que reinaban en los países europeos se regían por el principio de que ellos perderían sus coronas cuando fallecieran, la realidad se ha ido imponiendo en el sentido opuesto. La prolongación del  ciclo vital ha ido elevándose progresivamente entre la población de los países desarrollados y los reyes que ejercieron su papel en el siglo XX y principios del XXI han ido abdicando de sus responsabilidades dando paso a una nueva generación de monarcas que han heredado el trono de sus antepasados.

El traspaso previsto para este fin de semana en Dinamarca, un país en el que la monarquía está fuertemente arraigada entre los ciudadanos de su territorio, es un signo más de esa tendencia, a pesar de que la reina Margarita había afirmado en numerosas ocasiones que ella iba a seguir en su labor de Jefa del Estado hasta que exhalara el último aliento de vida. Sin embargo, se abre paso con esta nueva renuncia al trono que los años pesan para todo el mundo, por muy rey o reina que seas, y que no es justo que sus herederos tengan que esperar tantos años y lleguen a ser reyes cuando tengan edad de jubilarse.

A veces, para que se produzca el relevo tiene que existir un empujoncito que lleve al rey en pleno ejercicio de su reinado a llevar a cabo el traspaso de la Corona, como ocurrió en nuestro país. El rey Juan Carlos, hundida su valoración en las encuestas después de una serie de actuaciones nada ejemplares, tomó la decisión definitiva de abdicar en su hijo, el Príncipe Felipe, tras amagar en cuatro o cinco ocasiones con su deseo de irse de las que luego se arrepentía y echaba marcha atrás.

El rey Alberto de los belgas, la reina Beatriz de los Países Bajos, el rey Juan Carlos de España, el Gran Duque de Luxemburgo, han sido ejemplo de ese gesto de saber retirarse a tiempo que iba en contra de las tradiciones milenarias de las monarquías medievales, renacentistas y modernas. Los últimos monarcas que se resisten aún a dar el paso son el rey Carlos Gustavo de Suecia y el monarca Harald de Noruega. Quizá el paso de la reina Margarita de Dinamarca, que será sustituida en el trono danés por su hijo Federico X, los lleve a recapacitar y seguir sus pasos, dada la avanzada edad de ambos y la edad idónea de sus herederos para que el relevo generacional se lleve a cabo en vida. Nunca está de más poder descansar de una tarea que no es pesada desde el punto de vista de esfuerzo físico pero que los puede poner en algunos momentos de sus reinados en disyuntivas difíciles de afrontar y tener que tomar decisiones difíciles o muy complicadas.

La excepción a esa regla de ceder el puesto a los sucesores cuando lleguen a una edad de madurez apropiada para encarar los retos que se les presenten ha sido la reina de Inglaterra. Quizá una de las razones que no le animaron a dar el paso de renunciar a la Corona fue su falta de fe en que los ciudadanos británicos tuvieran el mismo apego por el hoy rey Carlos que el que le dispensaron a ella durante su largo reinado.