Opinión

La princesa Leonor encara los rumores sobre su vida sentimental

La mayoría de edad de la Princesa de Asturias ha traído como principal consecuencia la aceptación de la primogénita de los Reyes de todas las responsabilidades que lleva consigo el ser la heredera de la Corona tras jurar la Constitución ante los representantes de la soberanía popular. Pero además de asumir su papel institucional que la hará reina en el caso de faltar su padre, la joven princesa tendrá que aceptar el hecho de que se ha abierto la puerta en los medios de comunicación para especular acerca de las relaciones sentimentales de la hija mayor de don Felipe y doña Letizia. Para la joven princesa va a ser un camino incómodo y arduo, en el que verá y tendrá que soportar que cualquier amigo o joven con el que trabe una relación sea sometido a intensos análisis acerca de su idoneidad para convertirse en el cónyuge de la futura reina.

Esta semana, la revista de sociedad española por antonomasia y la más fiable de todas ellas ha incluido en portada, junto a una espectacular foto de la Princesa de Asturias y la información de su viaje a Nueva York, un texto de nueve líneas en el que desmiente que la hija de los Reyes haya mantenido ni mantenga una relación sentimental con un compañero del internado de Gales.

El debate entre los periodistas especializados en la información de la Casa Real española ha comenzado de forma inmediata acerca del motivo por el que se haya incluido esa nota tajante que desmiente una relación de la que hubo alguna referencia hace un año en las páginas de la prensa rosa. La interpretación se ha dividido y ha ido por caminos muy dispares: unos comentaristas y tertulianos afirman que si se ha recurrido a negar la existencia de esa relación sentimental es porque si existe y se quieren echar balones fuera. Otros, por el contrario, creen que su contenido responde al deseo de la propia Leonor de dejar claro que no le atan lazos amorosos con su compañero de estudios.

El Palacio de la Zarzuela no se pronuncia acerca de la veracidad o la falsedad del mensaje de la revista reina de asuntos de corazón porque, se supone que de aquí a que se anuncie el compromiso oficial del matrimonio de la heredera de la Corona va a haber algunas que otras falsas alarmas sobre la autenticidad y duración de esas relaciones sentimentales de la joven princesa.

Ella, como es lógico entre las chicas de su edad, tendrá, o probablemente ya haya tenido, algún que otro amigo especial al que si es descubierto por algún paparazzi se le colgará enseguida la etiqueta de aspirante a casarse con la Princesa de Asturias. Así que habrá que aconsejar a la sucesora al trono grandes dosis de paciencia para soportar que se abra de ahora en adelante la caja de Pandora de los posibles novios o prometidos de doña Leonor. Es lo aconsejable porque si se ve obligada a desmentir cada relación especial que mantenga con un compañero de formación militar o de estudios universitarios, va a ser un poco absurdo y molesto.

Siempre que llueve escampa, decían algunos colaboradores de la Jefatura del Estado cuando había algún conflicto dentro de la primera institución española. Eso significaba que lo mejor en algunos casos era esperar a que la historia decayera de los medios, algo que se consigue casi siempre con grandes dosis de paciencia.