Opinión

Pedro Sánchez, un ‘simpa’ en la cumbre europea

Pedro Sánchez se fue a Bruselas con el único propósito de pedir dinero; se fue con la idea de que podía esconder su debilidad y la incoherencia de su gobierno, una anomalía en términos europeos; se fue convencido de que el compromiso y los esfuerzos del conjunto de los países europeos para relanzar la competitividad de  Europa y apoyar a los sectores que más han perdido en esta crisis le sacarían del atolladero sin que se pusiera de manifiesto su inanidad; se fue sin corregir el plan de estabilidad que nos devolvieron por fraudulento; se fue con el compromiso suscrito con Bildu y Podemos de cargarse la reforma laboral; se fue con la amenaza de subir impuestos; se fue con la promesa de subsidiar cualquier tipo de colectivo o propuesta que resultara del agrado del régimen; se fue con la amenaza de discriminar ideológicamente a la hora de distribuir los fondos apoyando al ‘quién’ y obviando el ‘qué’… Se fue a Bruselas sin un  plan, ni A ni B ; se fue a Bruselas a dar pena, a ver si así le daban dinero.

El ‘simpa’ llegó a Bruselas mientras aún coleaba el varapalo de los Ministros Económicos a su candidata Calviño para presidir el Eurogrupo. Y allí se encontró al resto de Jefes de Gobierno que si que tenían un plan: relanzar la economía Europea y reforzar en propósito de la Unión.  Como los líderes europeos habían hecho los deberes, antes de reunirse este fin de semana ya habían concluido que para reflotar a Europa era preciso salvar a cada uno de los países que la componen. Y que todos los países debían trabajar en clave europea, dedicando todos los esfuerzos y todos los recursos a hacer reformas de calado, invirtiendo en vez de gastando, apoyando a quienes crean empleo, suprimiendo gastos superfluos, reforzando el estado de bienestar pero no la sociedad subsidiada, invirtiendo en educación, en sanidad, en nuevas tecnologías, en Investigación, en desarrollo sostenible… Vamos, las reformas estructurales que son la asignatura pendiente de España.

Pedro Sánchez llegó a Bruselas sin papeles y sin ideas. Y aunque allí estuvo calladito la mayor parte del tiempo –las agencias dieron cuenta de que se celebraron algunas reuniones bilaterales a las que ni siquiera le llamaba nadie- a la vuelta se pondrá a hablar como si hubiera sido el protagonista dela película, el primer actor. Y entonces comprobaremos que el ‘simpa’ hizo el papel de mudo y que no se ha enterado de nada.

Pedro Sánchez se fue sin papeles y volvió con deberes. Sanidad, mercado laboral, déficit, reformas estructurales, sostenibilidad, rigor, transparencia… Son algunas de las exigencias que están en la letra pequeña del acuerdo y de las que nos hemos ido enterando a lo largo del día después. Hasta el último céntimo de euro (incluidos los 72500M€ a “fondo perdido”) está condicionado, sujeto a reformas. Exigencias que Sánchez y su batallón de propagandistas pagados con los presupuestos públicos (ya saben, los contratados y los concertados) tratarán de ocultar. El ‘simpa’ Sánchez ha recuperado nada más llegara España la agenda propagandista y nos contará en estéreo sus “éxitos” de negociación. O sea que, o no se ha enterado de nada (lo cual para un ‘simpa’es perfectamente posible) o, lo que creo es más factible, ha decidido seguir mintiendo mientras la condicionalidad se vaya imponiendo y Bruselas congele los fondos si los papeles que le envía el Gobierno de España no se ajustan a lo establecido. Vamos, que nadie le va a decir a España lo que tiene que hacer sino lo que no le financian con unos fondos que son de todos los europeos. Por cierto, para el contexto: esos 72500M€ llegarán a España a lo largo de los próximos cinco o seis años; las pensiones de un solo año suponen 145000M€. O sea que, como siempre, dependeremos de nosotros mismos.

Hay acuerdo en términos europeístas y por eso el acuerdo es ambicioso en los fondos que destina y ambicioso en las condiciones que impone a cada uno de los socios. Porque se trata de relanzar a Europa, no de salvar al pellejo de cada uno de los gobiernos de los países que la componen. España recibirá 140.000 M€ de euros del fondo europeo, de los que 72.700 M€ serán en ayudas directas, “a fondo perdido” y el resto en préstamos, pero todos, hasta el último céntimo, serán condicionados. Y habrá lo que se ha llamado ‘freno de emergencia’ para vigilar cómo se gasta ese dinero; es lo que se llama, condicionalidad.

He escuchado a los más optimistas argumentar que lo ocurrido en Bruselas es un baño de realidad para el ‘simpa’ y que Sánchez  regresa a España sabiendo que tiene que abandonar ese enloquecido programa de Gobierno que firmó con su parejas tóxica, Iglesias, y cuyas políticas económicas perseguían convertir a España  en un país subvencionado y dependiente en el que el papá Gobierno sustituyera a la sociedad civil, a los creadores de empleo, a los dinamizadores sociales, a la democracia liberal… Pero no creo que sea el caso y que el ‘simpa’  traiga aprendida la lección. No hay más que ver a la manada socialista aplaudiendo su llegada a la Moncloa, en una puesta en escena que producía auténtica vergüenza ajena. Pedro Sánchez intentará engañar a Bruselas de la misma manera que engaña a los españoles; tratará de no cumplir los compromisos adquiridos, intentará vender gato por liebre, intentará saltarse los condicionamientos y los frenos establecidos…  Y España perderá un tiempo precioso para ir poniendo en marcha las reformas que nuestro país necesita. Hasta que desde Bruselas empiecen a devolvernos los pagarés cuando el Gobierno quiera destinar los recursos a fines distintos a los acordados.

Una lástima que España haya pasado por esa cumbre representada por un tipo incapaz de hacer una sola propuesta constructiva para Europa. Ya solo nos falta que quien no hizo nada para alcanzar un acuerdo positivo para todos estropee el resultado por su pulsión al engaño y donde había fondos termine habiendo un vacío. Una lástima.