Opinión
¡Esto es lo que hay!

Las palancas de Laporta

Laporta es el rey de las palancas y, sin ánimo de ofender, también de las mentiras. Mentiras deportivas se entiende. En el ámbito personal, según dice su entorno, es muy amable, cercano y una gran persona. Mi crítica, por tanto, sólo incumbe a la gestión deportiva e institucional del club que actualmente preside. Lleva tres años con las dichosas palancas y con fichajes millonarios que, por una serie de razones de ámbito financiero, casi nunca llegan a reflejarse de verdad y solamente sirven para escuchar habladurías en los medios de comunicación y youtubers muy afines al club que en época estival entretienen e ilusionan a los socios y simpatizantes culés. Así va la cosa en Can Barça, por ilusión que no quede.

Siempre que este señor tenga a los palmeros de turno aplaudiéndole o riéndole las gracias, no tendrá ningún problema para poder seguir en el cargo que actualmente ocupa: presidente del Fútbol Club Barcelona, equipo considerado para la mayoría de los catalanes, culés o no culés, «més que un club», cuando infinidad de veces, sobre todo este año, en lo institucional roza el más esperpento de los ridículos. Menos lobos, caperucita. Años ha, en la época estelar y dorada de Guardiola, Busquets, Messi, Iniesta, Xavi etc. estaba considerado, sin lugar a dudas, como el mejor equipo del mundo, pero, en la actualidad y con las genialidades de casi todos sus directivos, con Laporta a la cabeza, se ha convertido en un equipo vulgar e irreconocible. Los socios, si realmente aprecian y estiman al club de sus amores, deberían buscar distintas alternativas con personas de otra índole. Haberlas haylas.

Hace unos tres años y en época de elecciones al club, se colgó la foto del señor Laporta en una pancarta gigante, de 50 metros de largo, en un edificio en Madrid y cerca del Estadio Santiago Bernabéu, con el lema Ganas de volver a veros. En publicidad todo vale y, sobre todo, el fin justifica los medios, ya que, en este caso, la pancarta sí ayudó en gran medida al presidente para a la postre salir elegido. Posteriormente, se abrazó a un maniquí con la supuesta cara de Messi, lo besó y le dijo: «Hola Leo, ¿cómo estás? Te haré una propuesta que no podrás rechazar, suerte». Dicho y hecho, o esto parecía, sin embargo, la propuesta no llegó y el mejor jugador del mundo días después de dicha escena fichaba por el Paris Saint-Germain. Muchos no llegan y otros se van, así es la vida.

Hace poco y porque su equipo iba líder en la Liga española, de lo contrario es de suponer que todavía no habría aparecido, dio una rueda de prensa con sus afines periodistas de turno (todas las preguntas fueron suaves, agradables, complacientes, ya que ninguna de ellas lo puso contra las cuerdas) diciendo toda clase de sandeces, por ejemplo: cuando le preguntaron por Nico Williams contestó que él nunca hablaba de jugadores de otro equipo. ¡Toma ya! Esta respuesta es, de largo, la mejor de todo el verano. Durante dos meses, de lo único que se habló en Can Barça fue del jugador del Athletic, dando toda clase de explicaciones y anunciando a bombo y platillo que el jugador ya estaba prácticamente fichado. Además, en dicha entrevista añadió, que estaba indignado con el Real Madrid por entrometerse y personarse en el caso Negreira. ¡Vaya por Dios! Diecisiete años pagando al vicepresidente de los árbitros y para este señor todo es lógico, normal y razonable. El equipo merengue no tiene ningún derecho a sentirse perjudicado. Imaginemos por un momento que el pagano a Negreira hubiera sido el equipo blanco. ¿Cómo hubieran respondido todos los medios catalanes? Sin comentarios.

Manifestó, además, que Dani Olmo era la primera opción para fichar, cuando todos sabemos qué opción era y cómo lo colocaron para poder jugar en Vallecas y, sobre todo, con el visto bueno de Javier Tebas, presidente de La Liga y que también baila al mismo ritmo que el señor Laporta. Vaya pareja. Y más de lo mismo: las formas de destituir a Xavi, ahora me voy, ahora me quedo, ahora te quedas y ahora te despedimos; caso Nike, todavía en lista de espera; regla 1:1, también seguimos esperando; las palancas de Barça Studios, Libero, Barça Visión, aquí todo el mundo está en fuera de juego, nadie sabe nada; tema Gündogan, mejor no hablar, otro que se fue; el fichaje de Leao, lo esperaban en Barcelona y se quedó en Italia. Para qué seguir, no vale la pena perder más tiempo, ya que este tema da para escribir diez folios y todavía te quedas corto como los bonsáis.

Mientras este señor tenga palmeros que le aplaudan, le rían las gracias y todas las preguntas sean benévolas o estén preparadas, será como el Cid Campeador, que ganó la batalla de Cuarte después de muerto. Si a la mayoría de los socios culés todo esto les parece bien, pues adelante con los faroles, por lo que a mí respecta no me importa lo más mínimo, puede permanecer en el cargo diez años más. Lo que sí me importa, y mucho, es la imagen que damos al exterior en torno al caso Negreira. Aviso a navegantes: en Italia, el equipo culé ya estaría descendido y, por lo tanto, jugaría en Segunda División, pero en España, entre los intereses de La Liga para que esto no ocurra, la nula voluntad de los árbitros en esclarecer el tema y las leyes españolas que van como van, este serial va para largo y lo que te rondaré morena. ¡Esto es lo que hay!