Opinión

El padrón de Macarena

El 20 de marzo de 1976, José María Íñigo entrevistó en TVE a Alexander Solzhenitsyn, Nobel de literatura en 1970. El escritor, que pasó varios años en un gulag, dijo llevar 10 días viajando por España y no se parecía ni remotamente a lo que él había vivido en la URSS. Resaltó la libertad de movimientos para salir del país o fijar su residencia donde quisiera, mientras en la URSS y su dictadura bolchevique, alabada por miembros del Gobierno español hoy, estaba obligado a empadronarse en la ciudad o pueblo que le asignaran y no podía desplazarse ni cambiar de lugar de residencia sin permiso de la policía. El escritor Juan Benet, comunista bolchevique, dijo que Solzhenitsyn merecía volver al campo de concentración sólo por decir lo que decía (no porque fuera mentira).

Que un ayuntamiento decida, por razones políticas partidistas, utilizar el trámite administrativo del padrón evidencia la cloaca a la que está llevando la élite feudal de la casta la práctica de la política. Mal debe verlo el PSOE para que esa alcaldesa, que se manifestó hace una semana defendiendo la legalidad del empadronamiento, cambie de opinión poniendo trabas a la elección democrática de los andaluces. Con este precedente, cualquier ayuntamiento podría borrar del padrón a cualquiera que trabaje fuera o no esté en su domicilio en las visitas de inspección que realicen. Es de la misma inmoralidad que la imposición soviética a sus ciudadanos tratar de impedir a una política la posibilidad de competir en las urnas porque se opone radicalmente al partido que gobierna el ayuntamiento. Ratificada su candidatura por la Junta Electoral, Olona ya ha presentado una denuncia contra la alcaldesa.

Este error del PSOE, otro, lo pagará en las urnas. El derecho a ser elector y elegible ha sido protegido por la Junta Electoral. Olona se empadronó en noviembre del pasado año; como el censo electoral se cerró el 1 de febrero de 2022 estaba legalmente empadronada. Pueden enfangar el asunto recurriendo vía contenciosa la decisión tratando de distraer sobre la situación de Andalucía, con más pobres y parados que ninguna otra región española tras dos generaciones del PSOE en el poder (los cuatro del PP han cambiado poco). El PSOE se equivoca y sus errores sustentan al PP y a VOX. El cordón sanitario que piden contra VOX y sus millones de votantes, con independentistas, comunistas bolcheviques y filoterroristas es inmoral. El PSOE abandonó la socialdemocracia hace cuatro años y partió tras Moisés Sánchez camino a ninguna parte con rumbo desconocido. Olona hará la campaña, obtendrá un buen resultado y podrá negociar con el PP si entra o no en el gobierno andaluz fuera o no diputada, lo que deben decidir los votantes andaluces, no la alcaldesa de Salobreña ni el PSOE sanchista, que obtendrá el peor resultado electoral en Andalucía en 40 años. ¿Por qué será?

En su deriva con rumbo desconocido, el PSOE, que en Cataluña no existe y obedece las decisiones del nacionalista Partido Socialista de Cataluña (PSC), acaba de aprobar con independentistas (Junts, ERC y Podemos) no cumplir la sentencia que obliga a impartir el 25% de educación en castellano imponiendo solo el catalán, y el castellano se aprenderá como el inglés en Andalucía, como una lengua extranjera. El PSOE no es un partido nacional porque no existe en Cataluña, es más nacionalista que socialdemócrata, no es obrero y no es español. Por esto, entre otras muchas razones, el PP ganará holgadamente en Andalucía y VOX crecerá notablemente. En Cataluña, el artículo 155 de la Constitución es más necesario que nunca.