Opinión

La paciencia tiene un límite: Policía y Guardia Civil llevan a Marlaska a los tribunales

Han esperado demasiado tiempo: las promesas del Ministerio de Interior de que policías nacionales y guardias civiles verían aumentadas sus retribuciones salariales para acercarlas a los salarios de las Policías autonómicas -Ertzaintza y Mossos-  se han quedado en nada, de modo que no han tenido otra salida que llevar al Ministerio del Interior ante la Audiencia Nacional (AN) por la «flagrante discriminación salarial» de la que son objeto. La plataforma Equiparación real, integrada por más de 20.000 agentes, ha presentado un recurso contencioso administrativo reclamando que se corrija esta «discriminación salarial» que, de forma «ilegal e injustificada», se viene produciendo desde hace «muchos años» y que el Gobierno viene llevando  cabo contra los más de 150.000 agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil.

Y es que fue en marzo de 2018 cuando Interior se comprometió a solucionar el problema. Esto es, han pasado más de siete años y el Ministerio no ha movido un dedo. El texto se ha presentado en nombre de una agente de la Policía Nacional y otra de la Guardia Civil, extrapolable al resto de compañeros. La plataforma Equiparación Real comparece a título de coadyuvante. «Al ser presentado en nombre de personas físicas no nos podrán discutir desde el Ministerio que hay falta de legitimación activa por parte de la asociación».

Resulta sencillamente indecente que el Ministerio de Interior mantenga esta discriminación lacerante, por lo que los agentes reclaman, además, que la homologación de salarios se haga con efectos retroactivos desde los últimos cinco años. Denuncian que pese a realizar funciones idénticas bajo la competencia exclusiva del Estado -seguridad pública, orden público y lucha contra el terrorismo y crimen organizado- existen diferencias salariales significativas que «carecen de justificación objetiva». Parece evidente que este Gobierno que no repara en gastos cuando se trata de comprar el apoyo del separatismo es cicatero hasta decir bastas con quienes defienden, en circunstancias cada vez más adversas, la seguridad y libertades consagradas en la Constitución que el Gobierno violenta a beneficio de los enemigos de España