Otra vez la Mesa de la Vergüenza

Otra vez la Mesa de la Vergüenza

Las informaciones que se están filtrando apuntan a que, de nuevo, esta “Mesa de la Vergüenza, la de la negociación entre el Gobierno de España y lo sediciosos catalanes, se reunirá no más tarde del 15 de julio. Probablemente antes. Torra se lo está exigiendo a Sánchez y en esto realmente es casi en lo único que coincide con los “germans separat” de Esquerra, los cuales desean que, de alguna manera, el Frente Popular español les reconozca como sus interlocutores de cabecera. Torra mete prisas a unos, los suyos, los más cercanos en la independencia, y a otros, el Gobierno felón de Sánchez, porque es su única forma de responder a la inhabilitación que le va a caer próximamente y que le impedirá presentarse a las próximas elecciones catalanas. La premura le acecha y ahora, una vez que su fantasmal Gobierno de la Generalidad ha recuperado sus plenas competencias, quiere rebañarle a su cómplice de Madrid una apuesta innegociable por el ejercicio de la autodeterminación. Eso sí: Torra, que no tiene ninguna de pudrirse en la cárcel, ya no apremia con una solución inmediata, de ayer para hoy, se conforma en este momento con un referéndum “lo antes posible”.

La pregunta es si Sánchez o sus enviados especiales a la Mesa se avendrán a esta exigencia, y la respuesta es, más o menos, ésta: dado que también los Presupuestos urgen para antes de octubre, y dado que el Partido Popular por una parte, y Esquerra por la contraria, le van a poner a Sánchez la cara colorada en cualquier negociación, el aún presidente está dispuesto a ceder una promesa de consulta, pero eso con la boca pequeña, pues Sánchez, siempre aspirará a mentir a sus interlocutores y, tras arrancarles un compromiso económico para aprobar las Cuentas del Estado, engañarles y dejarle con el bocado del referéndum en la boca. Esa es la estrategia de Sánchez, no hay que ser muy listo para adivinarla. Torra está agobiado y, como además como el hombre no es de muchas luces, caerá en la trampa que le va a tender la otra parte, y puede que, contra todas las luces de la razón que ya decimos que no son muy largas, apoye los Presupuestos firmando un pacto al lado mismo de sus mortales y próximos enemigos de Esquerra Republicana de Cataluña.

De ninguna forma, ¡figúrense!, adelantamos esta estrategia pensando en que al aún presidente le vaya a entrar en el cuerpo una dosis de dignidad y patriotismo, y, en consecuencia, urdirá el engaño para impedir que los rebeldes catalanes se salgan con la suya y logren una consulta legal para fugarse de España. Claro que no. Él juega, como Simeone, al día, y sólo pretende ganar meses, un tiempecito más para él en La Moncloa y para su señora en Doñana reponiéndose del maldito virus que le atacó en la manifestación de las rabiosas feministas del 8 de marzo. O sea, que los independentistas deben saber que este sujeto va a perpetrar contra ellos un embuste histórico que se puede definir de esta manera: “Os digo que sí a lo que me proponéis y luego, si es posible, os dejo más plantado que un pino”.

Quizá sea por este temor, Rufián, que es el más listo (tampoco da mucho de sí, eso es cierto) ya viene pregonando que se sentarán en la Mesa únicamente si, después de las negociaciones, se firma un documento preciso en el que se recojan, ce por be, todos los compromisos  acordados. ¿Aceptará Sánchez esta imposición? Pues naturalmente que sí él, que es un artista en engañar a tirios y troyanos, puede suscribir lo que le pongan, incluso en sesión solemne de tal para cual, y más tarde proclamar con desahogo habitual: “Yo no he sido, yo no he sido”. Y que le vengan a reclamar que se va de viaje. Mírese por dónde su proverbial procacidad, puede ayudar a que no se cumplan los objetivos de los secesionistas que no son otros que marcharse de España, como ellos dicen: “el més aviat possible”, es decir en el Nissan más rápido y potente antes de que los japoneses se larguen de Cataluña porque ya no soportan más tiempo ni la inseguridad industrial, ni la jurídica que son características muy visibles del comportamiento en el viejo Principado. Ahora, mírese por dónde, la volubilidad de Sánchez puede ser el mejor aliado de la permanencia de Cataluña en España. Estos sediciosos no se han enterado de con quién se juegan los cuartos, ellos, con sus consabidas orejas de burro como síntoma de su apuesta, van a presentar en los próximos días una Resolución en ese Parlamento inútil que lleva cerrado desde que se constituyó, para dibujar la mejor forma posible de asentar la autodeterminación. “¿Cómo lo hacemos esta vez?” se están preguntando los sediciosos. Pues bien, hagan lo que hagan y salvo que planteen la revolución en la calle, la nueva jugada en esta Mesa de la Desvergüenza, sólo va a servir porque a lo mejor Ciudadanos, en un a ataque de memoria, recuerda que nació para oponerse a la sedición, no para andar del bracete de un Sánchez que también a ellos les miente a borbotones. No sabe hacer otra cosa realmente el indeseable sujeto.

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