Opinión

Otra barbaridad en el mercado laboral

El Anteproyecto de Ley por el que el Gobierno pretende modificar las prestaciones por desempleo no es admisible. Vuelve a tratar de interferir en el mercado de trabajo, haciéndolo más rígido y desincentivando la búsqueda activa de un puesto de trabajo, tratando de establecer subsidios que, de una manera u otra, mantengan al beneficiario desprovisto de su capacidad para ejercer su profesión, al condenarlo a una prestación permanente, porque, a largo plazo es lo que acabará pasando si cristalizan los cambios que el Gobierno quiere introducir.

Nadie discute que haya que ayudar a las personas que están atravesando por un mal momento laboral; para eso están las ayudas. Ahora, lo que no se debe hacer, y no ya sólo por cuestión de gasto, sino por las propias personas potencialmente beneficiarias, es basarlo todo en los subsidios, que anulan a la persona, al profesional. Lo que debe hacer el Gobierno es dar asistencia a quienes la necesiten mientras encuentran empleo, al mismo tiempo que pone las medidas que incentiven ese objetivo de conseguir un puesto de trabajo.

Por todo ello, la modificación que pretende llevar a cabo el Gobierno es contraproducente por las siguientes razones:

Necesitamos una sociedad dinámica, no una sociedad subvencionada. Hay que ayudar a las personas, no sólo económicamente, sino también a seguir ejerciendo su profesión, que es lo que puede llegar a impedir un subsidio crónico, nocivo para la sociedad.