Opinión

La obscenidad de altos vuelos de Irene Montero

La obscenidad de altos vuelos de la ministra de Igualdad, Irene Montero, y su equipo de confianza ha provocado una encendida polémica. Montero y sus colegas de Departamento (una secretaria de Estado, su jefa de Gabinete y una asesora) se organizaron un viaje a Nueva York que tildaron de oficial, cuando en realidad no era otra cosa que  una escapada de lujo pagada con el dinero de todos los españoles. Según el portal Charter Service, un viaje similar para cuatro pasajeros en un avión de las características del Falcon utilizado, habría costado, para cuatro pasajeros, 240.000 euros. Eso sólo en transporte, sin contar hoteles. El trayecto de la ministra y acompañantes fue el que sigue: desde la base militar de Torrejón de Ardoz a la base de la fuerza aérea americana Andrews en Maryland, haciendo escala en las Islas Azores (Portugal) por razones de autonomía del aparato. Luego, el Falcon las condujo a Nueva York, donde emplearon su tiempo en visitar distintos lugares en un ambiente distendido más propio de un viaje de fin de curso que de un viaje supuestamente oficial. En realidad, no hubo reuniones de trabajo, sino puntuales encuentros con feministas que sirvieron a la «troupe» para justificar la visita.  Y el resto, vacaciones.

Lo que resulta una indecencia es que una ministra y su equipo de confianza se monten un viaje de lujo a costa del contribuyente. Toda esta gente que venía a regenerar la democracia se comporta como auténticos burgueses. Decían que vivirían como la «gente corriente» y a las primeras de cambio, nada más pisar la moqueta de sus despachos oficiales, han descubierto los riquísimos placeres de la vida: chalets, viajes de lujo, cuidadoras gratis para sus hijos. Montero y tres amigas se han montado una escapada a todo plan a Nueva York que hemos pagado todos los españoles y todavía tienen la cara de hacernos creer que ha sido un viaje de trabajo.