La nueva Tierra
Querido lector, amigo y hermano: nos encontramos viviendo momentos cruciales en la Tierra y los llevamos esperando mucho tiempo. En realidad, desde siempre. De ahí que cada alma haya elegido estar aquí y ahora para formar parte de ello como un precioso regalo que el Creador nos hace a todos, pues todos y cada uno de nosotros estamos llamados y formamos parte de su maravilloso e inabarcable Plan.
Estamos atravesando por profundos cambios a nivel planetario y como humanidad. Nos encontramos inmersos en el proceso de “Ascensión” y, aunque quizá ahora todavía no lo recuerdes, en realidad también tú lo has esperado desde el principio de tu existencia, desde que Dios Padre Madre creó tu corazón con un propósito más grande del que quizá eres capaz de imaginar.
Ese momento ha llegado y has de saber que si estás viviéndolo es porque has decidido libremente ser parte de él y no existe mayor regalo que ese, pues es la mayor oportunidad de crecimiento que jamás tendrás… tu liberación. Una oportunidad que te llevará, tarde o temprano, a despertar. Despertar para recordar quién eres en realidad: Uno con el Todo. Y así poder salir de la ilusión que te mantiene atado al sufrimiento de la dualidad que quizá todavía experimentas. Pero has de saber que eso ya no es real pues el Amor, que siempre gana, ha ganado. Y todos estamos llamados a experimentarlo y a despertar tarde o temprano, para emprender el camino de vuelta a ese Amor más grande que todos y cada uno de nosotros somos. Ese Amor que es nuestro verdadero lugar de origen y nuestra Casa.
“Los tiempos son perfectos”, los del Cielo, quiero decir. A fin de cuentas lo que aquí llamamos tiempo es parte de ese juego ilusorio del que ya hemos comenzado a salir para poder alinearnos con el Amor Uno, el Amor del que todos procedemos. Ese Amor, inmenso e infinito, que es nuestro origen. El origen del que venimos y al que estamos regresando, día tras día, a pasos agigantados. Es ese Amor del que no puedes separarte, aunque quieras. Puedes, eso sí, alejarte de Él. El tiempo que quieras y en la medida en la que decidas hacerlo (pues esa decisión forma parte de tu libre albedrío y libre has sido creado), pero no puedes separarte pues ese Amor nos contiene a todos, sin excepción, y no hay alma que no forme parte de Él. Porque ese Amor es la razón de ser y la razón de todas las cosas.
Lo que ocurre es que ese Amor sólo puede ser reconocido a través del corazón, y sólo abriéndolo de par en par podrás rendirte verdaderamente a Él. Lo cierto es que tú también eres una pequeña chispa divina de luz y Amor con una maravillosa misión que llevar a cabo. Un propósito divino que todavía no has culminado pues de lo contrario simplemente te irías ya, es decir, desencarnarías.
Por lo tanto, ahora más que nunca, tienes (todos tenemos) la responsabilidad de elegir libremente dónde quieres estar. Y esa es una decisión que has que tomar con conciencia puesto que es la única manera en la que verdaderamente te haces responsable de tu propio camino de vida. El nivel de conciencia es lo que te permite ver y aceptar que tú eres el único dueño y creador de tu realidad. Y eso pasa por hacer un profundo trabajo interior ya que sólo desde dentro podrás conectarte con esa chispa divina (tu verdadera esencia), con tu corazón y con la luz y el Amor que realmente eres.
En este momento decisivo para la Humanidad a todos nos toca posicionarnos. Es cada ser, cada alma, la que tiene que decidir libremente qué camino quiere tomar. Cada ser humano tiene que elegir si desea seguir caminando por el sendero del miedo (de la dualidad) o si opta por despertar para poder transitar para siempre y con libertad por el camino del Amor. Y, aunque el ego pueda estar muy confundido en este momento de aparente caos externo, la buena noticia es que tu alma sabe que todo forma parte del maravilloso Plan Divino. Ella posee la hoja de ruta que te llevará a abrir tu corazón y despertar, pues conoce todas las respuestas que necesitas y que en verdad ya están contestadas en tu corazón.
Por eso, has de saber que el trabajo pasa irremediablemente por dejar de buscar fuera esas respuestas (en lo que vemos a nuestro alrededor y a lo que hemos decidido libremente llamar “la realidad”), puesto que ahí lo único que vas a encontrar en estos momentos es, un mayor nivel de confusión. Por eso querido lector, amigo y hermano: en verdad si deseas ver la paz fuera, antes tienes que buscarla, trabajarla y sentirla profundamente dentro de ti. Tienes que permitir que la nueva energía de Amor, que de forma milagrosa está ya a nuestra disposición, ilumine tu ser llenándote de la paz verdadera que te convertirá en un pilar del Amor más puro.
Cierto es que gracias a los millones de seres humanos de buena voluntad que a lo largo de toda la historia de la Humanidad han realizado un incansable y maravilloso trabajo de luz, hemos podido llegar hasta aquí y estar viviendo lo que se denomina “el fin de los tiempos”. Y aunque, a priori, esa expresión pueda asustar, lo cierto es que se trata del “Gran Milagro” ya que supone el fin definitivo y para siempre del Miedo. Un miedo que, desde hace mucho tiempo, estaba dividiendo, separando, oprimiendo y sometiendo a los seres humanos llevándoles a una vida muy alejada del Origen de Amor y Pureza del que procedemos… Y todo esto se ha caído, ha terminado. Y verlo y sentirlo depende de ti. La luz ha ganado, el Amor ha ganado y estamos a un paso de verlo, sentirlo y vivirlo para siempre en Todo su Esplendor.
Por eso, ahora es un momento clave para la sanación y la transmutación de todos los corazones y eso incluye, por supuesto, el tuyo. Y esa sanación global se está llevando a cabo justo ahora, bajo la asistencia protectora y amorosa de todo el Reino Celestial al completo y de una forma muy rápida, vertiginosa, para que todos podamos sanar, liberarnos del sufrimiento y de todos los pensamientos, creencias limitantes, emociones y sentimientos de baja vibración que durante tanto tiempo hemos aceptado y arrastrado. Una elección que, a lo largo de muchos años (muchas vidas) nos ha ido conduciendo a la carencia, el engaño, el egoísmo y al juicio, entre otras muchas cosas, encadenándonos a una dualidad que nos estaba impidiendo ver y sentir el Amor Divino que ya se nos está revelando y que estamos a punto de conocer.
Por eso, ha llegado el momento de que tomes las riendas de tu propio proceso interior para poder liberarte de todo lo viejo (pues nada de eso es real y no tienes que continuar sosteniéndolo) y permitir que la luz alumbre todas esas zonas de oscuridad que todavía puedan habitar dentro de ti, sabiendo y recordando siempre que tu esencia es pura luz. Sólo has de querer y permitir que el Milagro suceda en ti. Y ese proceso, inevitable para poder crecer y ascender, es necesario hacerlo con mucha compasión, humildad, paciencia, misericordia, fuerza, fe y voluntad. Primero hacia ti mismo para después poder acompañar y compartir la luz que eres con los demás. Con nuestro entorno más cercano (el de cada uno) y así lograr que eso se convierta en una cadena imparable de Amor que logre elevar la vibración de toda la Humanidad como la Unidad que Somos. Porque en verdad somos Uno y todos y cada uno de nuestros pensamientos y acciones tienen un impacto en el conjunto indisoluble que formamos.
La Tierra está en un momento de profundo cambio, estamos transitando la Ascensión del Planeta, de la Humanidad. Y, por eso, el tiempo del Cambio es Ahora. No fue ayer ni será mañana: es aquí y ahora. Y la decisión ha de ser consciente, libre y personal puesto que esta decisión, la de rendirse al Amor Divino y querer volver a Casa, le corresponde a cada uno tomarla de forma personal.
Por eso, ahora es el momento de que cada ser trabaje en su interior y en el perdón. El perdón hacia uno mismo que es el que verdaderamente más cuesta y, sin embargo, es el más importante. Puesto que perdonándote, podrás romper tus propias cadenas y liberarte (sabiendo que siempre has estado, estás y siempre estarás sostenido, apoyado e inmensamente amado por el Amor del Cielo en cada momento de tu viaje, por lo que no tienes, ni tendrás, nada que temer). Perdonarte por todos los errores cometidos, pasados y presentes, para permitir que todos ellos sean transmutados, haciendo que se caigan definitivamente todos los velos que te separaban del Amor. Que se caigan todas las caretas y personalidades que durante tanto tiempo has sostenido, permitiéndote dar el salto al Camino del verdadero Amor Incondicional, el de Dios Padre Madre.
Todos y cada uno de nosotros tenemos la posibilidad de abrirnos a experimentar el Reino de Amor Eterno, la Paz Eterna y la Vida Eterna con los que, consciente o inconscientemente, llevamos siglos soñando. Un mundo sin yugos, sin heridas, sin injusticias… En definitiva, el paraíso que el Creador soñó para nosotros y del que comenzamos a alejarnos hace mucho tiempo conforme fuimos separándonos poco a poco de nuestra esencia, la verdadera, la Divina. Ahora todos los seres de luz estamos recorriendo el camino de vuelta a eso, a Casa. El camino para reconectarnos con nuestra verdadera esencia, lo que está permitiendo que toda esa energía se unifique y se equilibre para que la transición sea lo más amable y amorosa posible. La Nueva Tierra es una realidad y tú estás llamado a habitarla… ¡Buen camino!
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