Opinión

Una nueva izquierda contra el sanchismo

  • Graciano Palomo
  • Periodista y escritor con más de 40 años de experiencia. Especializado en la Transición y el centro derecha español. Fui jefe de Información Política en la agencia EFE. Escribo sobre política nacional

El joven abogado Guillermo del Valle, dirigente del think-tank conocido como El Jacobino y militante hasta el momento en el PSOE, parece haber decidido plantar cara a la deriva del socialismo de la mano de Sánchez y ha creado Izquierda Española para competir con el anterior en las próximas elecciones europeas.

Junto a un grupo de ex militantes socialistas, liberales de Ciudadanos y de ex comunistas de Izquierda Unida, Del Valle intenta crear una formación política que, sin complejos sobre la unidad de España y abiertamente internacionalista, dé satisfacción a todas aquellas personas de izquierda que no están por la entrega de sus señas de identidad en aras al poder personal del jefe de la Moncloa.

No será fácil, en cualquier caso, plantar cara al leviatán, que detenta el poder de la nación, pero, al menos, se trata de un desideratum loable, más allá de las palabras (que no hechos) de dirigentes del PSOE que se han quedado en palabras hueras cuando han tenido muchas oportunidades para pasar de aquéllas a los hechos.

Ignoro cuál será la respuesta de los millones de votantes desencantados con Sánchez y su entrega más que evidente a la extrema derecha xenófoba catalana y a los hiperconservadores vascos. Al menos, insisto, se trata de un movimiento muy oportuno en la actual coyuntura. Es más, se puede afirmar con justeza desde posiciones socialdemócratas (Pedro Sánchez y su dirigencia hace tiempo que abandonaron ese predio), que ha tardado tiempo en hacerse visible.

Me quedo con una frase del secretario general del nuevo partido político: «No se pueden hacer políticas progresistas aliados y dependientes de las formaciones nacionalistas…» Algo que este escribidor lleva mucho tiempo sustanciando en este mismo Palo Alto y que, por lo demás, es algo de cajón. Pese a las manifestaciones de El Jacobino, parece obvio que si su intento político tuviera un relativo éxito, pudiera encontrar puntos de acuerdo con el centroderecha en los grandes asuntos de Estado y, desde luego, en el intento de mantener España.

Con la experiencia que le dan al autor los años en este oficio, entiende que gran parte de su posible éxito (desde luego hay masa crítica suficiente en la actual sociedad española) radicará en su capacidad para uncir a este nuevo proyecto a personalidades jóvenes o veteranas, pero que tenga capacidad de atracción, determinación y valentía.