No son pacifistas, son filoterroristas
Tan pronto como pasado mañana se cumplen dos años del brutal ataque terrorista que dejó 1.200 muertos, niños degollados, decenas de mujeres violadas y otras tantas descoyuntadas y 250 secuestrados, de los cuales 48 continúan vivos o muertos en manos de Hamás. El daño a Israel resultó en términos relativos sustancialmente mayor al sufrido por los Estados Unidos al amanecer del 7 de diciembre de 1941 en el puerto hawaiano de Pearl Harbor. Basta con efectuar una simple regla de tres para concluir que 1.200 víctimas mortales en una población de 11 millones representa un daño seis veces superior a las 2.400 provocadas por el ataque japonés hace 84 años cuando los EEUU tenían 132 millones de habitantes.
El martes constituirá una prueba de fuego para determinar si nuestra izquierda está realmente en contra de la violencia en general o si sólo en particular de la que ejerce Israel en respuesta a aquel atroz atentado múltiple del primer sábado de octubre de 2023. Viene de largo su odio al pueblo hebreo, antisemitismo que cualitativamente nada tiene que envidiar al que se les profesaba en la Alemania de los años 30. ¡Ah! Y no me cansaré de repetir lo obvio: sin el 7-O no habría invasión de Gaza; sin rehenes en manos de Hamás, tampoco.
Veremos, pero estaría por apostarme todo lo que tengo y lo que no tengo, pidiendo incluso un préstamo ad hoc, a que de boca de la cúpula de Sumar y Podemos no sale una sola palabra de recuerdo, solidaridad y cariño hacia los judíos asesinados, hacia las mujeres violadas, hacia las convertidas en esclavas sexuales y hacia ese bebé de ocho meses raptado y asesinado en cautiverio. Ya se sabe que el verdadero feminismo lo representa esta basura humana de Hamás que vía Sharía obliga a las mujeres a ir cubiertas, que les prohíbe trabajar o bailar, que las lapida a las mínimas de cambio, que les impone la poligamia —ajena, claro— y que les impide viajar sin permiso del marido. Si los talibanes se antojaban guais o casi guais para Irene Montero, ¿cómo no lo van a ser unos terroristas, los de Hamás, cuyo nivel de criminalidad y machismo nada tiene que envidiar al de los integristas afganos?
Apuesto a que el martes de Sumar y Podemos no sale una sola palabra de recuerdo, solidaridad y cariño hacia los judíos asesinados el 7-O
Yolanda Díaz tardó la friolera de 11 días en condenar como Alá manda lo que ella denominó «crímenes de guerra de Hamás [cuando las víctimas no eran soldados ni nada que se les pareciera]»: el ataque se produjo el 7 de octubre de 2023 y su reacción más contundente llegó el 18, seguramente tras recibir el consiguiente toque desde arriba. En las horas inmediatamente posteriores al 7-O tanto ella como Ione Belarra y la delincuente de Irene Montero justificaron implícitamente la carnicería de Hamás. «Necesitamos poner fin a la ocupación y que el pueblo palestino pueda vivir con dignidad», apuntó la vicepresidenta segunda del Gobierno. «Hoy todo el mundo condenará el ataque de Hamás», apuntó Belarra, «mientras cada día guardan un silencio cómplice ante los ataques de Israel contra el pueblo palestino». De los muertos a tiros, a bombazos o machetazos el primer sábado de octubre de 2023, ni pío.
La pija Isa Serra fue más sincera: «Toda nuestra solidaridad con el pueblo palestino, reclamamos el fin de la ocupación violenta del territorio por parte de Israel». Vamos, que si no estaban encantadas lo parecía. Tradicionalmente los unos (Sumar) y los otros (Podemos) han mantenido unas excelentes relaciones con Hamás y Hezbolá, que no son los «activistas» que nos pintan El País o eldiario.es sino viles terroristas. Ahí está para corroborar mis palabras la imagen de Manu Pineda, eurodiputado y mano derecha de Yolanda Díaz, saludando entre sonrisas a Ismail Haniya, número 1 de la organización terrorista autora del 7-O que le recibió por todo lo alto en 2012. Vamos, que son sus colegas y entre colegas es costumbre no pisarse la manguera.
La gran cuestión es cómo actuará pasado mañana el Gobierno de España en general y el PSOE en particular. Ojalá me equivoque pero me temo que no escucharemos una sola palabra de afecto hacia las víctimas del 7-O. La bajeza gubernamental da para esto y para mucho más. Pedro Sánchez estuvo en su sitio en el minuto 1 tras la carnicería de Hamás pero luego fue virando hasta tal punto que la organización terrorista que manda a sangre y fuego en Palestina le ha felicitado reiteradamente. Circunstancia hasta cierto punto normal si tenemos en cuenta que su principal aliado de gobernabilidad es esa ETA-Bildu que asesinó a 856 españoles, dejó heridos a miles y provocó el éxodo de 250.000 vascos de su tierra. Cuando te felicitan unos asesinos has de hacértelo mirar, cosa que no hará Sánchez porque está encantado de la vida.
Tradicionalmente Sumar y Podemos han mantenido unas excelentes relaciones con Hamás y Hezbolá, que no son otra cosa que terroristas
Lo de todo un presidente del Gobierno alentando a los terroristas callejeros a reventar la Vuelta Ciclista [a España, el matiz dispara exponencialmente la gravedad de la fechoría] tampoco tiene nombre. Y lo de felicitarles tras conseguir pararla confirma, más allá de toda duda razonable, que Sánchez es Otegi o el desaparecido Haniya. El círculo de espiral extremista se cerró hace 10 días al anunciar el Gobierno que un buque de la Armada de revelador nombre, Furor, escoltaría a la flotilla que iba camino de Gaza tras haberse pasado no sé cuántos días en Baleares de fiesta. Una decisión indignante por perogrullescas razones: el dinero de nuestros impuestos no está para prestar protección a tipejos que se meten irresponsablemente en zona de guerra. Si lo hacen y les cae un bombazo es su problema, no de nuestros bolsillos.
Que a estos piojosos les importan un pito los gazatíes lo certifica el incontrovertible hecho de que el trayecto Barcelona-Israel en barco dura siete días cuando ellos han invertido 32 porque estaban todo el día de marchuqui. Imagino que los perros antidroga del Ejército israelí no encontraron precisamente onzas de chocolate a bordo. Los hebreos, que tenían trufados de espías los barcos de la flotilla Samud, han dejado claro que no llevaban ayuda humanitaria como aseguraban. Cosa de la que nadie con dos dedos de frente albergaba duda alguna. Ahora están detenidos, lo normal cuando entras ilegalmente en aguas de otro país. La única pena es que no se pasarán una larga temporadita a la sombra, que es lo que se merecen, porque los repatriarán en cuestión de días si no de horas.
El problema para España es que el PSOE se ha desmelenado con Pedro Sánchez al ensalzar la violencia callejera y aliarse con ETA y Hamás
Que Hamás y esta gentuza es lo mismo lo prueba, entre otras cosas, el inequívoco hecho de que en esta flotilla atestada de sucios de mente, alma y cuerpo iban dos miembros de ETA, que durante muchos años se instruyó en el manejo de bombas y pistolas en territorio palestino. La OLP y demás organizaciones terroristas afines han tenido bastante que ver en el inmenso dolor originado durante casi 60 años por los pistoleros vascos.
Por cierto: me encanta ver ahora a esta jauría ultraizquierdista aplaudir el plan de paz del malo-malísimo de Donald Trump, el único presidente estadounidense que no ha iniciado una guerra en 50 años y que ha metido en vereda a Hamás en un pispás y convencido en un santiamén a Netanyahu de que ése no es el camino.
Tan cierto es que Israel debe parar ya por evidentes razones humanitarias y por su propia reputación como que lo sucedido allí no es genocidio sino masacre y como que a Sumar, a Podemos y a los de la flotilla les pareció un acto de justicia ese 7-O que pasado mañana tampoco condenarán. El problema para España es que el PSOE, con Felipe González un partido moderado que mantenía excelentes relaciones con el laborismo hebreo, se ha desmelenado al ensalzar la violencia callejera y aliarse con ETA y Hamás, en un caso para mantenerse en Moncloa, en el otro para que no se hable de los cerdanes y las begos de la vida. Ya no están contra el terrorismo porque son filoterroristas, que no es exactamente lo mismo que terroristas. Se lo explico rapidito a los iletrados zurdos: el prefijo filo- significa «amigo de». Más claro, agua. Eso es lo que sois, Yolanda, Irene y Pedro. Vuestro pacifismo es un cuento chino.
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