Opinión

La «moral alta» y la dignidad muy baja

Hasta por tres veces se ha negado el alcalde de Valladolid, el socialista Óscar Puente, a poner la bandera a media asta para honrar a las decenas de miles de muertos por el coronavirus, pese a que la Junta de Castilla y León decretó en su día luto oficial por las víctimas de la pandemia.

La Junta de Castilla y León, que preside el popular Alfonso Fernández Mañueco, ordenó que todas las banderas ondearan a media asta, pero en Valladolid el alcalde socialista rechazó la iniciativa con distintos argumentos. En un primer momento dijo: «No voy a colgar la bandera a media hasta porque a lo que nos tenemos que dedicar todos los responsables políticos es a intentar acabar con el virus. Y cuando todo eso termine, ya tendremos tiempo de honrar a los muertos. Que el Partido Popular deje de usar los símbolos de todos y a los muertos para hacer política».

Después cambió de registro y señaló: «Se ha venido empleando un cierto discurso bélico que no me acaba de gustar (que se lo diga a Pedro Sánchez, que es el que más veces ha comparado la pandemia con una guerra) , pero sí es cierto que estamos en una especie de batalla, y en una batalla hay que tener la moral lo más alta posible porque, en todas las batallas cae gente, pero las banderas no se arrían ni se ponen a media asta. Las banderas están en todo lo alto. Si realmente queremos hacer un ejercicio de patriotismo, lo que tenemos que hacer es mantener la moral lo más alta posible para los que están luchando, lo pasen lo mejor posible».

El tercer «no» del alcalde llegó el pasado 17 de abril cuando, refiriéndose a la portavoz del grupo popular, afirmó: «Usted debe asumir desde el principio que ni usted es Pablo Casado ni yo soy el presidente del Gobierno. Y esto no es el Parlamento de España. Somos el Ayuntamiento de Valladolid, y creo que tenemos que mantener otro tono y saber cuales son nuestras responsabilidades y nuestras limitaciones. Sobre el controvertido tema de las banderas y el luto oficial, cuando se utilizan políticamente los símbolos que son de todos se hace un flaco favor a los símbolos».

El entrecomillado de las declaraciones de Óscar Puente refleja a la perfección el grado de ignominia y de bajeza moral de un dirigente socialista que considera que la bandera a media asta en memoria por los muertos del coronavirus «es una utilización política». Lo que es una utilización política vil y miserable es no respetar a los muertos. Esconderlos y no rendirles tributo. Eso sí que es indigno.