Opinión

Luis del Pino

Luis del Pino es, como también lo es Eduardo Inda, uno de los aliados que la Resistencia al separatismo catalán tiene en Madrid. Y es que, como dice Luis, el principal frente en la lucha contra los tribalismos periféricos que asolan España, es la capital. Durante cuarenta años los secesionistas han conseguido los suficientes apoyos políticos, mediáticos y económicos en Madrid para ir engordando poco a poco. Y de ahí que tengamos al independentismo cada día más lozano y hermoso, dispuesto a seguir empobreciendo al conjunto de la nación española, mientras riega con los miles de millones de euros que gestiona en las administraciones que controla a sus naciones inventadas con unas estructuras clientelares muy bien nutridas.

Luis fue el primero que, desde los micrófonos de Sin complejos, me dio la oportunidad de presentar a toda España de mis libros críticos con el separatismo, desde el Me gusta Cataluña, me gusta España a Los catalanes sí tenemos Rey. Ajustaba mi agenda cada vez que venía a Madrid para enganchar un sábado o un domingo e ir invitado a este espacio. Han sido diez años en los que he podido comprobar el apoyo constante que Luis y Carmen han prestado a la causa de la libertad en Cataluña. Los miembros de la Resistencia que han pasado por Sin complejos han sido legión, de la misma manera que OKDIARIO también ha prestado esa atención constante a los perseguidos por el separatismo.

Hace unos días Luis del Pino comenzó, haciendo tándem con Carmen Carbonell, su nueva aventura profesional, el programa Mañanas en libertad, en Radio Libertad. Me alegré mucho por ellos, porque han empezado con fuerza y muchas ganas. Y me alegra escuchar cada día como OKDIARIO es uno de los medios que explican en este espacio cuáles son sus titulares más destacados del día. Y reconforta que los medios de comunicación que apoyan a los que luchan contra la sinrazón independentista sean cada día más fuertes, porque en Cataluña necesitamos aliados potentes a nivel nacional. El erial comunicativo que existe en esta atormentada comunidad autónoma para los que plantan cara al separatismo es total. Entre la prensa que controlan los secesionistas, los socialistas y los comunes no queda espacio para la libertad en Cataluña.

Cuando Luis del Pino presentó su anterior libro, La dictadura infinita, en Barcelona se reunió con varios activistas constitucionalistas y todos le agradecieron el apoyo prestado durante tantos años. Muchos le escuchan y casi todos han pasado por sus micrófonos para explicar sus actividades o denunciar la enésima agresión del independentismo. Es emocionante encontrarse en Madrid, ciudad siempre agitada y en la que hay seis conspiraciones en cada esquina, con compatriotas siempre dispuestos a echar una mano. Son muchos los medios nacionales que ayudan, pero en esta columna quiero mostrar mi orgullo por ser columnista de OKDIARIO y por haber podido gozar de la hospitalidad mediática de Luis del Pino y Carmen Carbonell. Si las penas con pan son menos, el fragor de la trinchera es más llevadero con aliados así. Así que solo me queda decir el «¡Seguimos!» que utiliza una buena amiga para dar aliento a los que no se quieren rendir ante la sinrazón populista e independentista.