Lo de Torre Pacheco como síntoma
Detesto que la gente se tome la Justicia por su mano, entre otras cosas porque nos retrotrae a la barbarie, a ese medievo que creíamos superado tras la Ilustración, y nos aleja del Estado de Derecho. La Ley del Talión no es el camino para resolver los problemas en una sociedad moderna y democrática, entre otras muchas razones porque el monopolio de la fuerza corresponde a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, en el caso de España a los agentes locales, a la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Punto. No a fulanito, menganito o zutanito. La gran cuestión es qué se puede hacer si el Gobierno deja entrar ilegales como si no hubiera un mañana y no digamos ya si, como ocurre en la España sanchista, abjura de su obligación de defender y proteger a los ciudadanos honrados.
En contra de lo que plantean abiertamente partidos y medios de izquierda, que se han posicionado más por acción que por omisión del lado de los matones ilegales, los levantiscos de Torre Pacheco no son «nazis» sino personas normales, de ésas que se levantan a las 6 de la mañana para sacar adelante a los suyos deslomándose, de ésos que por culpa de la desaforada inflación viven inmensamente peor que hace siete años cuando el autócrata llegó al poder con una moción de censura corrupta y etarra. Nazis los hubo pero fueron la gentuza de siempre, una minoría absoluta que no representa a nadie porque son incapaces de representarse a sí mismos. Defender el nazismo constituye una patología además de un delito pero, afortunadamente, son la nada estadísticamente hablando. Y a la localidad del Campo de Cartagena llegaron dos días después de que algunos vecinos se sublevaran contra la indefensión que provocan los delincuentes que hacen de las suyas por culpa de una política migratoria laxa, una legislación blandiblú y un ministro del Interior complaciente.
Lo que no pueden negar la chusma sanchista ni el chavismo patrio es un hecho: los hijos de perra que dieron la sádica paliza al sexagenario murciano son inmigrantes ilegales. Marroquíes para más señas. A Domingo Tomás no lo apalearon para robarle sino por placer, lo cual genera más pánico aún. Lo cual disparó la indignación vecinal exponencialmente. Estos chicos se drogan con pegamento u otras sustancias tóxicas, se emborrachan como piojos y salen a cazar ciudadanos indefensos. Y la gente de Torre Pacheco, un rico municipio murciano de 40.000 habitantes, dijo «¡hasta aquí hemos llegado!». Que no nos defiendes tú, Pedro Sánchez, tranquilo que ya lo hacemos nosotros. Por no hablar de la espiral de somatenes que está surgiendo por toda la geografía nacional para asegurar barrios y calles. No son racistas sino, simple y llanamente, vecinos que quieren vivir en paz sin temor a que le den una paliza a su padre, agredan sexualmente a su hija o le peguen un tirón a su pareja o a ellos mismos.
El problema para el buenismo woke patrio es que esta misma semana un magrebí de 21 años, una rata llamada Abarrafabia Hader, quemó viva y dejó en estado crítico a su novia, una muchacha de 17 años, en Gran Canaria. No sabemos si la chica sobrevivirá pero, si lo hace, tendrá que penar toda su vida con gravísimas secuelas en su piel y en su psique. Se debate entre la vida y la muerte en la Unidad de Quemados de Sevilla. Por cierto: el malnacido tenía una orden de deportación que, de haberse ejecutado en tiempo y forma, obviamente hubiera impedido la brutal agresión.
Sorprendentemente, la izquierda continúa defendiendo en masa las bondades de la inmigración en general —nada que objetar— pero también las de la ilegal en particular
Y, entre tanto, esta misma semana, exactamente 48 horas después de la paliza de Torre Pacheco, uno de estos chicos «equivocados» —en repugnante expresión de un comentarista televisivo woke— violó a una joven en Alcalá de Henares. El agresor es un maliense ilegal que el Ministerio del Interior metió en un centro de acogida de sin papeles situado en las instalaciones de la Brigada Paracaidista. No sólo agredió sexualmente a la chica sino que, además, en el colmo de la maldad, luego se lio a puñetazos y patadas con ella.
El delegado del Gobierno en Madrid, Francisco Martín, fan de esa Bildu que es ETA, no entonó el mea culpa ni habló prácticamente de la inmigración ilegal, más que nada porque son ellos quienes la fomentan, sino que culpó implícitamente del incidente a esa excelente alcaldesa que es Judith Piquet y a los vecinos racistas. Así se las gasta este indeseable que considera que el brazo político de la banda terrorista «ha hecho más por España» que «los patrioteros de pulsera». Vamos, que le molan Otegi, Aizpurua y demás terroristas o amigos de los terroristas. Cualquiera diría que este hijo de Satanás da por buenos sus 856 asesinatos, 12 de ellos militantes o dirigentes socialistas.
Sorprendentemente, la izquierda continúa defendiendo en masa las bondades de la inmigración en general —nada que objetar— pero también las de la ilegal en particular. Algunos explícitamente y otros implícitamente al no discriminar la una de la otra. Esta banda que cambiará de opinión el día que, Dios no lo quiera, sean víctimas de estas bestias, se ciñe a las cifras macro para sostener que los ilegales no han disparado la delincuencia en España. Bien es verdad que lo hacen desde la comodidad que otorga el butacón de 10.000 pavos que tienen en su salón y desde la seguridad que les concede vivir en urbanizaciones cerradas con vigilancia 24 horas. El común de los mortales tiene que convivir con gente que llegó a España para salir adelante honradamente, la mayoría, pero también con esa minoría de ilegales que campa por nuestras calles.
El 53% de los asesinatos de mujeres, el 32% de los homicidios globales, el 33% de las violaciones y el 47% de los robos con violencia es cometido por extranjeros
Sus argumentos son tan ridículos que serían para reírse a carcajadas si no estuviéramos hablando de algo tan serio. Opinan, basándose en las estadísticas oficiales, que normalmente están más falseadas que un discurso de Pedro Sánchez, que la delincuencia ha descendido en términos generales en España en los últimos 20 años. Contraponen los 49,5% delitos por cada 1.000 habitantes de 2005 con los 40,5 del presente ejercicio. En fin, una verdad a medias cuando no una lectura tramposoide.
Olvidan deliberadamente que las cuentas, que no los cuentos, son demoledoras. El 53% de los asesinatos de mujeres, el 32% de los homicidios globales, el 33% de las violaciones y el 47% de los robos con violencia es cometido por extranjeros. Y el 33% de la población reclusa no tiene pasaporte español. El inquietante retrato queda niquelado con tan sólo aportar un simple hecho que destroza el argumentario de Sánchez y sus periodistas de cámara: la población foránea, 6,4 millones de personas, representa el 13% de la española, 48,1 millones. Más claro, agua.
Los socialistas están encantados de la vida con la inmigración ilegal porque, en sus diabólicas pero no menos cortas mentes, entienden que espoleará el voto a Vox minando exponencialmente las posibilidades de la vuelta del PP al poder de la mano de Alberto Núñez Feijóo. Por cierto: lo mismito que hizo Soraya Sáenz de Santamaría instando a las teles, radios y periódicos amigos a otorgar a Podemos un protagonismo que no se merecía con el indisimulado objetivo de dividir a la izquierda y vencer al PSOE.
O los partidos entienden que la inmigración es el gran problema estructural de nuestro tiempo o se irán al carajo sustituidos por opciones más duras
O el centroderecha espabila y se pone las pilas contra la inmigración ilegal —de este PSOE no se puede esperar nada— o Vox les comerá la tostada en una década como mucho. Que se miren en el espejo de Giorgia Meloni que con su Plan Mattei ha conseguido jibarizar la inmigración ilegal un 52% en los dos últimos años, periodo en el que España ha visto cómo se incrementaba un ¡¡¡60%!!! con las políticas acogedoras de un Pedro Sánchez cuyo segundo acto como presidente fue acudir a Valencia a recibir a inmigrantes ilegales traídos a España por el barco Open Arms financiado por ese eximio representante del diablo en la tierra que es George Soros. El primero fue recibir en Moncloa al propio George Soros.
Cuando paseas por el centro de París, y no digamos ya por sus barriadas, y observas legiones de mujeres cubiertas hasta arriba vestidas con burka o niqab te das cuenta en cuestión de milésimas de segundo del otro grave problema que trae esta revolución contracultural: el futuro que les espera a las mujeres. La inmigración, la legal y la ilegal, ha multiplicado preocupantemente el machismo en nuestra sociedad. Era de esperar toda vez que en sociedades como las musulmanas se trata a las féminas como seres inferiores o como animales.
O los partidos entienden que la inmigración es el gran problema estructural de nuestro tiempo o se irán al carajo sustituidos por opciones más duras. Por algo el Frente Nacional en Francia, Chega! en Portugal, Fratelli d’Italia, Fidesz en Hungría, Reform en Reino Unido y esa AfD cuya banalización del nazismo pone los pelos de punta se hallan primeros o segundos en intención de voto en todas las encuestas. Y por eso Vox, una formación de derecha conservadora, no ultra, va como un tiro por estos pagos. El PP y el PSOE postSánchez han de espabilar si no quieren que les coman la tostada. Por supervivencia y por imperativo moral. Los españoles detestamos que una mujer se tenga que cubrir por obligación, que apaleen o discriminen a los homosexuales porque lo dicta una religión o una cultura o que una chica no pueda caminar sola por la calle por miedo a que la violen. Y defender esta tesis no es racismo sino un acto de defensa de la democracia. Y si quieren que no haya más Fuenteovejunas pachequeras lo tienen muy fácil: que amplíen las plantillas policiales para defender a la gente honrada y que practiquen la muy saludable política de las devoluciones en caliente. Y que dejen de tomarnos por gilipollas. De eso también estamos hartos.
Lo último en Opinión
Últimas noticias
-
Carrera MotoGP República Checa, en directo: resultados y última hora de la clasificación del GP en Brno hoy
-
Ni con su grasa ni con un paño: el sencillo truco de los expertos para conservar bien el jamón
-
Si has nacido entre 1960 y 1970 hay noticias para ti de la Seguridad Social y son muy buenísimas
-
Ni limón ni bicarbonato: el truco más efectivo para quitar el ‘olor a viejo’ con este jabón
-
Iberdrola completa el primer tramo de cable de exportación de su megaproyecto East Anglia 3