Opinión

Lo que esconde Conde

Mario Conde vuelve a ser noticia. El que fuera abogado del Estado con la mejor nota de la Historia, y presidente del desaparecido Banesto, parece ser que no ha tenido suficiente con estar 20 años entre rejas. Al que muchos catalogan como un señor muy inteligente, correcto y educado, con un discurso brillante y gran éxito social, le han pillado de nuevo con el carrito del helado. Al parecer, el eterno galán engominado llevaba 15 años repatriando dinero desde lugares como Reino Unido, Islas Vírgenes Británicas, Países Bajos, Curazao, Emiratos Árabes, Italia o Suiza. Esta vez, supuestamente, con sus hijos como socios.

Conde comenzó trayéndose 3.000 euros, pero se ve que con el tren de vida que llevaba no tenía suficiente y decidió -aún a riesgo de ser descubierto- repatriar una media de un millón al año. Hasta que hace unos meses llegó su perdición, al no poder justificar ante el banco una transferencia de 600.000 euros. Lamentablemente, los programas de televisión a los que asistía como tertuliano no daban para mucho.

El exbanquero, en un alarde de prepotencia, hipocresía y falsa honestidad, no se acogió a la amnistía fiscal del año 2012, así como tampoco ha presentado la declaración de bienes en el extranjero. Y aun sabiendo que figura en la lista de morosos de hacienda con un total de 9.935.031 euros, se ha permitido el lujo de dar lecciones de moralidad desde la televisión con frases como “la arquitectura moral del ser humano que hemos fabricado en los últimos años en Occidente es muy detestable” o «condenar a una persona desde el punto de vista jurídico por tener una sociedad en Panamá es una barbaridad»,

El hombre que se declaró insolvente y no dijo nunca donde estaba el dinero que desapareció de Banesto ha tenido años en la cárcel para arrepentirse y pedir perdón. Sin embargo, su avaricia y vanidad han podido más que todo eso y para muestra un botón. Esta vez será para él más doloroso porque puede llevarse por delante a sus hijos. Mario Conde es el claro ejemplo de la persona que piensa qué no hay nadie más listo que él, siendo el único que está por encima del bien y del mal, pero siempre hay alguien más listo, más guapo, más alto… y por supuesto, más honrado –estos últimos en peligro de extinción-.  Lo que debemos sacar en claro de todo esto es que en España, cuando se quiere investigar y pillar alguien, por muy listo que sea, se le pilla, y al día siguiente está en la cárcel. ¿No creen?