Opinión

Lo del PP de Mallorca es para correrlos a gorrazos

Los independentistas de Més no han ocultado nunca su fobia a la Corona y lo demuestran en cuanto tienen oportunidad. Su propuesta de pedir al Rey Felipe VI que retire el título de ‘Real’ -recientemente otorgado- a la Academia de sa Llengo Baleà, pida perdón y reconozca la unidad lingüística del catalán en las islas Baleares se habría quedado en nada -la típica pataleta separatista- de no ser porque el PP del Consell de Mallorca ha contribuido con su abstención a que la iniciativa siga adelante. Hay que ser profundamente estúpido -políticamente- para hacerle el juego a los independentistas catalanes de Baleares y no darse cuenta de cuál es la intención última de quienes pretenden imponer la dictadura del catalán. Llevaban años haciéndolo incrustados en el Gobierno de Francina Armengol y los votantes del PP pensaron que de la mano de Marga Prohens las cosas cambiarían.

Pues parece que no, porque con su sorprendente abstención el PP ha permitido una suerte de reprobación al jefe del Estado. Esto no admite matices, ni justificaciones inútiles: el PP le ha hecho el juego al independentismo en una votación que es la apoteosis del tancredismo, la quintaesencia de la estulticia. El resumen es que los populares han permitido con su voto que los enemigos de la Corona pongan en la picota al jefe del Estado. Y lo han hecho, además, escondidos tras una abstención cobarde, en un gesto de pusilanimidad intolerable que viene a confirmar que las promesas de cambio del nuevo Gobierno balear se han quedado en meras palabras. ¿A qué juega el PP balear? ¿Dónde está y con quién? ¿Qué extraño complejo les lleva a colocarse en esa grimosa equidistancia que ha permitido al independentismo lograr su propósito? La política no consiste  en colocarse en tierra de nadie -eso es de formaciones blanditas- cuando la situación obliga a dar un paso al frente. Querían ser neutrales y han quedado como unes solemnes bobos.