Opinión

El llamamiento constante a la unidad del Rey Felipe

Es una constante presente en las intervenciones públicas del actual Jefe del Estado: la apelación a la unidad de todos como fórmula imprescindible para afrontar las adversidades, los tiempos duros por los que estamos pasando, las dificultades para superarlos y retornar a esa ansiada normalidad que tanto se anuncia pero que no se percibe que acabe de llegar. Para conseguir salir de este túnel oscuro que tanto preocupa y que se está prolongando más de lo que gustaría a todos, don Felipe recurre siempre, y más especialmente en los últimos años, a la necesidad de trabajar unidos, señala todo el tiempo las ventajas de afrontar juntos las circunstancias negativas, y subraya los beneficios de colaborar para salir de los conflictos más fortalecidos y en menos tiempo.

El Rey, en el modélico acto institucional en el que se rindió público reconocimiento a los sanitarios que han perdido la vida en su lucha contra el Covid, de nuevo apeló a esa imprescindible unidad cuando se refirió al impulso que ha guiado a todos para vencer a la pandemia. “Se ha demostrado de un modo irrevocable lo necesaria que es la cooperación en todos los ámbitos de nuestra convivencia y que, frente a desafíos tan graves como éste, la unidad es fundamental”. También en Barcelona, en el discurso que puso punto final al acto de entrega de los Premios Princesa de Gerona, el monarca recurrió de nuevo a la unidad para vencer las dificultades a las que se enfrentan los jóvenes. “Sólo así, estrechamente unidos, conseguiremos avanzar para alejar la incertidumbre que ha afectado a tantos hogares de nuestro país y, de manera especial, a la vida de tantos millones de jóvenes”.

Estos dos ejemplos concretos, próximos en el tiempo, dan una idea muy cabal de lo que significa para el Jefe del Estado alentar a la ciudadanía a que dejen atrás sus diferencias y se dediquen a colaborar estrechamente en la solución de los problemas que nos aquejan. En unos momentos en los que los sentimientos entre los distintos sectores políticos y sociales están enfrentados, el Rey Felipe ha hecho suya una causa personal que persigue, ni más ni menos, conseguir que los ciudadanos dejen a un lado lo que les separa y se dediquen a poner en común sus aptitudes para salir adelante lo antes posible. Es una tarea ardua en la actualidad porque muchos tienen las espadas en alto y lo único que les interesa es encontrar algún error de actuación, por mínimo que sea, para lanzarse contra quien debiera ser sólo su adversario y nunca su enemigo. Pero no parece que don Felipe esté dispuesto a abandonar su misión que no es otra que la de convencernos a todos de las ventajas que ofrece actuar unidos y los perjuicios que tiene estar enfrentados por motivos absurdos e inútiles.

El Rey va a seguir intentando que los ciudadanos de este país encuentren juntos el camino de la concordia, y convencernos de que, sin duda, esa es la senda a seguir para que España siga siendo un país a tener en cuenta.