La legislatura en jaque

Hacer todo lo que está prohibido y ultrajar hasta hundir a quienes le plantan cara es la debilidad de este tipo que se cree un dios, siendo esclavo de sus delirios y de su falta de educación. Se autonombra presidente feminista y maltrata a una mujer brillante como Ayuso exigiendo que dimita, aunque él se rodea de ministras vulgares, sumisas e incultas. El pavo se come las uñas desde su tierna infancia, pues padece de onicofagia, compulsión que revela la inseguridad en sí mismo y que, ante ello, siempre tiene que sobresalir más que el resto de la gente. A estas horas de su muy indecente historia es un cadáver alquilado por el que se fugó a Waterloo, que hace con él y con España lo que se le antoja. Nos ha vendido a los separatistas a cambio de poder gozar de una cómoda chaise longue en la Moncloa.

Sánchez no dimite, la mafia de matones que le dan escolta aplauden su falta de hombría cada vez que humilla a la presidenta de la Comunidad de Madrid. Ayuso reitera que Sánchez busca destruirla para tapar «la corrupción». Él es el que tiene que dar muchas explicaciones, porque es el verdadero protagonista del día. A su llegada a un acto en el Karting Carlos Sainz y preguntada por las informaciones sobre un presunto fraude fiscal de su pareja, repuso: «La explicación es que los poderes del Estado se han confabulado para tapar que hoy se va a votar en el Congreso la ley más corrupta de la historia de la democracia. Esta norma sí que es realmente corrupción política y económica, y no las trampas que le tienden a mi novio». La pareja de Ayuso se querellará contra Mª Jesús Montero por revelación de secretos, un delito serio que convierte a la ministra en una hooligan. Y estudia denunciar a la Fiscalía y a la Agencia Tributaria por el mismo delito.

Cayetana Álvarez de Toledo afirma que a Sánchez «se le empieza a ver el rostro del final y va a ser un final muy feo para él». La diputada del PP ha alertado en esRadio que «la izquierda hará de las generales unas plebiscitarias para un cambio de régimen». Cayetana lo tiene muy claro sobre las elecciones catalanas. Entre sumisión y conflicto, ella elige el conflicto.

El entorno que no soporta a Sánchez un minuto más ya reconoce los cambalaches y la sombra del trinque se extiende sin remedio. Una vez aprobada la repugnante Ley de Amnistía, Caracas no queda tan lejos. Zapatero le esperará con Maduro a pie de pista. Allí los sátrapas son bien recibidos.