La Justicia retrata la burda maniobra del PSOE que encumbró a Ayuso y mató a Ciudadanos

Han pasado tantas cosas desde entonces que es difícil ya contextualizar aquel momento en el que el PSOE trató de justificar la moción de censura en el Ayuntamiento de Murcia, apoyada por Ciudadanos, con la existencia de un supuesto caso de financiación ilegal de la campaña electoral del PP por el uso de unos vídeos que, presuntamente, había elaborado una empresa contratada por el Ayuntamiento. Aquello causó un terremoto político a escala nacional, que con el paso del tiempo marcó el fin político de Ciudadanos: Díaz Ayuso convocó elecciones al sospechar con buen criterio que la traición murciana de Cs se trasladaría a Madrid, y la formación de Inés Arrimadas entró en un declive irreversible.

Pero vayamos al origen de todo: la denuncia del PSOE. Pues bien, la Audiencia Provincial de Murcia ha desestimado el recurso socialista que pedía reabrir su denuncia contra el PP de Murcia, el alcalde del municipio, José Ballesta, y el entonces concejal de Calidad Urbana, José Guillén. El tribunal desmonta uno por uno todos los argumentos del PSOE, después de que la Policía no encontrara indicio delictivo alguno.

Todo, pues, fue una burda maniobra en la que el PSOE utilizó a Ciudadanos como tonto útil de una operación bastarda para desalojar del poder al PP. Aquello marcó el principio del fin de la formación naranja, pero la sentencia revela el grado de ignominia política del socialismo: no había nada, pero se inventaron un falso delito de corrupción para sumar a Cs a un plan de derribo del PP que iba mucho más allá del Ayuntamiento de Murcia y tenía como objetivo último acabar con Isabel Díaz Ayuso en Madrid.

El varapalo de la justicia sirve para retratar la villanía del PSOE y la estupidez de un partido que cavó su tumba política. Ha pasado ya tiempo de aquello, pero sirva la sentencia para subrayar la miseria política del sanchismo y la candidez sin precedentes de su tonto útil, que en gloria esté.