Opinión

Juan Carlos I y los fondos opacos

Tan sólo un par de días ha durado el respiro de alivio que posiblemente algunos  vivieron en el Palacio de la Zarzuela, al saber que el Rey Juan Carlos iba a salir indemne judicialmente de la investigación del Tribunal Supremo, debido a la protección total proporcionada por la inviolabilidad de la que gozó mientras fue Jefe del Estado. Al margen de que se dé por hecho desde hace meses el deterioro del prestigio, la integridad y la ética del anterior monarca, don Juan Carlos iba a librarse de encarar una causa penal, según la filtración judicial publicada por el digital El Confidencial.com al haberse producido los hechos investigados antes de su abdicación de la Corona.

Lo que agrava la crisis en torno al Rey emérito que afecta y mucho, aunque no se asuma del todo, a la actual Casa del Rey de Felipe VI es que la investigación de la Fiscalía Anticorrupción de la que se ha tenido conocimiento esta misma semana esté centrada en el uso por parte del Rey emérito de unas tarjetas opacas durante los años 2016,2017 y 2018, cuando don Juan Carlos ya no estaba a la cabeza de la institución monárquica. Y una derivada que dejó a la ciudadanía estupefacta: por primera vez se insinuaba que la Reina Sofía, que sigue perteneciendo al núcleo duro de la Familia Real, podía estar involucrada en uso de esas tarjetas.

Fuentes oficiosas del Palacio de la Zarzuela, conocedoras del método habitual que usan las personas integrantes de la Familia cuando viajan de forma privada, niegan que doña Sofía se haya beneficiado de alguna de esas tarjetas. En ese tipo de viajes, en los que la acompañaban dos o tres personas, los pagos los hacía normalmente el responsable de seguridad que endosaba los gastos en la cuenta de la Reina Sofía a su regreso. Ella, que tiene asignados unos 110.000 euros al año en los presupuestos de la Casa, tiene su cuenta propia y de ella se pagan los gastos que  realiza.

Lo más importante, según esas fuentes citadas, es la consternación que embargó a doña Sofía, una persona volcada en seguir al frente de su Fundación a pesar de su elevada edad, centrada en su labor solidaria de ayudar a los más desfavorecidos e involucrada en causas de protección del medio ambiente. Los fondos que se manejan en la Fundación Reina Sofía, como es fácilmente comprobable, cumplen de forma escrupulosa las normas de transparencia que la Casa del Rey adoptó tras la proclamación de Felipe VI. Unas reglas que dieron un vuelco total al funcionamiento de la Casa del Rey respecto a la ausencia normativa que existió durante los años anteriores al reinado de don Felipe.

En cualquier caso, a pesar de la distancia que se puso a partir del pasado mes de marzo por parte del actual monarca y a los integrantes de su Casa, la nueva investigación que pasó de forma inmediata a la Fiscalía del Tribunal Supremo por orden de Dolores Delgado, fiscal general del Estado, amenaza esta vez de forma peligrosa al futuro de don Juan Carlos, ya que los hechos que presuntamente cometió ocurrieron cuando sólo era ya aforado y no estaba protegido por la inviolabilidad constitucional.