«Hemos vencido al virus» (Pedro Sánchez, 10 de junio de 2020)

«Hemos vencido al virus» (Pedro Sánchez, 10 de junio de 2020)

“Gracias a la unidad de las instituciones, los grupos parlamentarios y el conjunto de la sociedad española, hemos vencido al virus”. El que pronunció está frase el 10 de junio de 2020 no podía ser otro que Pedro Sánchez, el mismo que días después pronunció, el 4 de julio, otra frase para la posteridad: “Ahora, tras este esfuerzo titánico, hay que salir a la calle, no dejarse atenazar por el miedo y recuperar la economía”.

Está claro que los dotes proféticas del jefe del Ejecutivo dan para lo que dan. La supina irresponsabilidad de un presidente que hace siete meses proclamaba abiertamente la victoria sobre la pandemia ha tenido consecuencias: desde entonces, otras 25.000 personas han perdido la vida -el 10 de junio Sanidad confirmaba un total de 27.136 fallecidos por la pandemia (datos que, obviamente, no se correspondían con la realidad, porque eran muchos más) y hoy el Gobierno cifra en 52.878 el número oficial de muertos, aunque a esa cantidad hay que sumarle otros 30.000, según el INE. Desde que Sánchez dio por vencido al virus, el riesgo de contagio se ha multiplicado por 50.

No ha habido ningún dirigente en el mundo, excepción hecha de los negacionistas de la pandemia, que mostrara un grado de triunfalismo como el del que hizo gala Pedro Sánchez, que en aquella comparencia en junio en el Congreso se permitió la fechoría de asegurar que su Gobierno había salvado la vida a miles de personas. Una vez que el presidente dio por concluido el estado de alarma en España, dejó que fueran las comunidades quienes lidiaran en solitario contra el virus, pero, eso sí, decretó el cierre de Madrid en octubre por razones políticas aplicando un estado de alarma selectivo, dentro de la estrategia de acoso y derribo contra Isabel Díaz Ayuso.

Sólo con perspectiva histórica, cuando podamos hacer un balance con serenidad de lo ocurrido, los españoles serán conscientes del daño que ha causado la gestión del Gobierno socialcomunista, el único del mundo que con más de 80.000 muertos declaró hace hace siete meses la victoria sobre el virus. El grado de petulancia y soberbia de este presidente sólo es comparable a su nivel de incompetencia y mentira.

 

 

 

 

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