Opinión

Goebbels en RTVE

El Comando Hamás de Radio Televisión Española, o Espantosa, como debe ser definida desde ahora por el asalto que han hecho en ella las huestes sanchistas del siervo José Pablo, dedicó sus horas de politización diarias, que es una costumbre cotidiana, a decirle a los españoles cómo debían votar en Eurovisión. Ya sabíamos que el jurado profesional y experto no iba a concederle un sólo voto a Israel, cuya artista tuvo que hacerse la muerta rodeada de cadáveres para poder sobrevivir en aquellas semanas de horror y sangre que los asesinos de Hamás provocaron en Tierra Santa. El festival era lo de menos. Lo que importaba al Comando Hamás era demostrar, como siempre, que representan la hez moral colocándose en el lado equivocado de la historia. La campañita del NODO socialista, televisión que debe ser cerrada de manera urgente, contra la única democracia de Oriente Medio, fue tan vomitiva como constante.

Intentaron manipular a la opinión pública desde horas antes del comienzo del espectáculo, los mismos que silenciaron, callaron y no gritaron cuando las bestias destrozaron la inocencia de niños israelíes, de familias enteras enterradas por el dolor que causaron esos monstruos fanáticos financiados por el mundo libre, la Europa woke y la izquierda del gulag. El Comando Hamás que dirige José Pablo, usó primero a la corresponsal yihadista, la tal Almudena, de ariete propagandístico, la misma funcionaria de la desinformación que anunció que en Siria, tras el dictador al-Ásad, llegaban los buenos, entendiéndose por buenos los que sojuzgan a las mujeres, salvo a la tal Almudena, parece ser, y cuelgan por los pies a los homosexuales en grúas.

Tras la Juana de Arco de los fanáticos del ISIS, le llegaba el turno al lechero de Moncloa, el patrón de los viernes negros en la TVE presanchista, el presentador que Goebbels habría querido para el Reich de los mil años. Otro antisemita que guardó silencio acomodado cuando los terroristas entraron en el festival de música de Reim el 7 de octubre de 2023 y que dedicó sus minutos de atención digital para arremeter contra Israel. Afirmó el manipulador 24h que «si Palestina se presentara a un festival de música, obtendría el triple de votos que Israel». La última vez que Palestina acudió a un evento musical, asesinó a trescientas personas, secuestró a otros cientos, torturó a decenas y quemó vivos a bebés y ancianos. Contra esas ratas se defiende cada día Israel desde hace más de medio siglo, aunque le pese a los miembros del Comando Hamás que ayer denigraron la televisión pública, una cochiquera de estulticia, maldad y saqueo. Pero los españoles votaron a Israel. A mamar forte(s), gritó la libertad.

Es de ingenuos no pensar que tal discurso antisemita, propio de los pogromos y razzias nazis de hace un siglo, no iba a tener su respuesta en forma de elección inversa del resto de países y participantes contra la única que no tuvo culpa de nada, como tampoco lo tenían los asesinados por los amigos del Comando Hamás de RTVE. La Europa ciudadana sabe que el único gobierno que fue felicitado por los terroristas, invitado a la Cumbre de la Liga Árabe e impulsor de un frente antisemita, es el de España. Esa Europa es consciente de que en Israel se defienden los derechos humanos, entre ellos el de mujeres y homosexuales, y conoce cómo en la Palestina que dicen oprimida mandan los mismos que tienen sojuzgado a su propio pueblo, y en ella no cuela la propaganda del régimen bulócrata. Y votaron también en consecuencia.

Los popes del zurderío más taimado y falsario ya no dominan el tablero inclinado que ellos mismos crearon. Han dado la turra con cada causita y he aquí la reacción. La mejor encuesta sociológica sobre lo que pensamos del sanchismo y la hez pro Hamás que parasita RTVE, se vio la noche del sábado. Y cómo no pudieron evitar la reacción del pueblo a tan nauseabunda propaganda, el Comando Hamás se manifiesta ahora en contra de cómo votan los españoles, porque la cosa no ha salido como su antisemitismo quería.

Pero no caigamos en su trampa goebbelsiana. El mundo debe saber que el antisemitismo y el odio hacia Israel no proviene del pueblo español, sino de las élites que nos gobiernan y manipulan. En concreto, de la izquierda y extrema izquierda políticas, infiltradas en instituciones, medios de comunicación y empresas públicas. Los que desean ver a los judíos echados al mar, los que se envuelven en banderas de progreso y tolerancia mientras defienden a los bárbaros que conculcan esos principios. Los mismos que callan cuando violan a mujeres y queman vivos a bebés y ancianos, porque lo hacen aquellos a los que apoyan con la banderita del terror. Siempre estuvieron ahí, disfrazados de demócratas y travestidos de humanitarios. Pero ya no engañan nadie. Porque a cara descubierta, y sin la máscara de falsos progresistas, anuncian su verdadera condición: amigos del terror, el Comando Hamás, los nuevos nacionalsocialistas.