Opinión

El Gobierno sabía que la ley del ‘sólo sí es sí’ beneficiaría a muchas alimañas

Entre los más de mil agresores sexuales que se han beneficiado de la ley-bodrio del sólo sí es sí hay casos que resultan especialmente repulsivos y agreden con extrema dureza la sensibilidad de cualquiera. Más allá de las cifras hay situaciones que conmueven especialmente, porque las víctimas son menores que han padecido en sus carnes el espanto. Es el caso de una pequeña que sufrió la agresión sexual de su abuelastro -un casi octogenario condenado por abusar de la cría -la nieta de su pareja- desde que esta tenía 8 años. Un infierno que duró 7, hasta que la niña cumplió 15 años. Es difícil imaginar que una ley que -decían- iba a proteger a las mujeres se haya convertido en la mayor aliada de los depravados sexuales. Condenado a una pena de 13 años de cárcel, la ley del Ministerio de Igualdad de Irene Montero, avalada de forma reiterada por Pedro Sánchez pese a ser advertido de sus nefastas consecuencias penales, ha servido para que este agresor sexual haya visto rebajada su condena.

Lo más irritante, lo que no tiene perdón, es que el Gobierno socialcomunista pretenda ahora vendernos la ley como una norma bien intencionada que contenía un error que ya ha sido corregido, como si todo se redujera a una simple falla administrativa. No hubo error alguno. Pedro Sánchez bendijo el bodrio de Irene Montero conociendo sus perversos efectos y, lo que es más grave, cuando los tribunales tuvieron que cumplir la ley y empezaron a rebajar condenas o, lo que es peor, a liberar a decenas de agresores sexuales, el Gobierno tardó meses en reformarla, no sin antes tratar de cargar la culpa sobre los jueces. Por eso, cuando nos encontramos delante de casos como este e intentamos ponernos en la piel de esa niña de ocho años sometida por esa desalmada alimaña es imposible no cargar nuestra rabia sobre el agresor y sobre el Gobierno que decidió rebajarle la condena.