Opinión

El gato por liebre de las mascarillas ‘fake’ lo pagó la UE

A ver cómo se explica que el Gobierno de Canarias, presidido por el hoy ministro de Política Territorial, el socialista Ángel Víctor Torres, cargara a la Unión Europea una partida de mascarillas suministradas por Soluciones de Gestión SL -empresa para la que intermediaba Koldo García-que eran fake, al no cumplir con los requisitos de calidad exigidos. El Ejecutivo autonómico socialista rectificó el pago inicial para acabar financiándolo con los fondos europeos para la pandemia, pese a que las mascarillas eran defectuosas. El 22 de abril de 2020, el Gobierno canario de Torres formalizó un pedido de 2.750.000 mascarillas FFP2 a Soluciones de Gestión, a un precio unitario de 2,50 euros. Apenas un día después, la empresa hizo la primera entrega, pero el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Complejo Hospitalario Universitario de Canarias revisó las mascarillas y advirtió, en sendos informes de 27 de abril y 24 de julio de 2020, que una partida no podía considerarse «apta para su uso sanitario como FFP2».

En concreto, el número de mascarillas afectadas ascendía a 837.800 unidades, valoradas en 2.094.018,50 euros. El Gobierno canario comunicó a Soluciones de Gestión que parte de las mascarillas que había hecho pasar por FFP2, las consideradas de más alta protección y capacidad de filtrado, no cumplían los requisitos y no eran «compatibles» con la «eficacia de filtración frente aerosoles». La empresa vinculada a Koldo propuso al Ejecutivo de Torres, «como compensación», rebajar su precio «valorándolas como mascarillas quirúrgicas al precio de mercado del mes de abril» y completar el pedido con 555.000 mascarillas -éstas sí, FFP2- hasta alcanzar el importe final.

Finalmente, hubo acuerdo: el Ejecutivo canario aceptó la propuesta y el 10 de junio de 2021 una resolución del Servicio Canario de Salud enmendó la financiación del expediente, endosando las mascarillas fake a cargo de los fondos europeos. Igualmente, se cargó al dinero comunitario el pago de 65.772 euros correspondiente al «transporte, flete aéreo y seguro de transporte» del avión que llevó las mascarillas a Palma. O sea, que el gato por liebre lo pagó la UE.