Opinión

Estas ratas que tienen las manos manchadas de sangre

Eso lo dijo un cretino en X. Se lo cuento al final. Verán, asistí al acto de conmemoración de la masacre del 7 de octubre del año pasado en la Sinagoga de la Comunidad Israelita de Barcelona. Encontré acomodo en las galerías superiores, con una visibilidad muy buena para seguir la celebración pero que sólo permitía una vista parcial de las butacas de la planta baja. Así y todo reconocí a algunos políticos. Naturalmente, allí estaba Alejandro Fernández, siempre en el lado correcto de los acontecimientos. Y David Madí, Vicenç Villatoro, Francesc de Dalmases y Albert Batlle entre los que yo distinguí y pude identificar. Pero me dijeron que estuvieron por lo menos Silvia Orriols, Jordi Sánchez, Toni Florido, Ramon Bassa, Gonzalo de Oro, María García Fuster y Anna Grau.

Como verán, más bien del centro a la derecha. Es lo que hay. Siempre que leo que la izquierda «ha perdido el rumbo» no sé exactamente cuándo lo tuvo y si no fue mejor que lo perdiera. Pero, desde luego, su rumbo ahora es apuntarse a las causas más anticientíficas, sectarias, fanáticas y fascistas que hay en el mercado. Y las que transpiran más odio como el yihadismo disfrazado de movimiento propalestino. Cosa que parecen ignorar tipos como Gabriel Rufián o Ferran Pedret (PSC) que se han significado contra Israel.

Y ya no digamos la gente de OJS, la Organización Juvenil Socialista, una escisión comunista de Arran que está detrás de las agresiones a Sílvia Orriols y a Pilar Rahola, ambas activamente en contra del antisemitismo. A la primera le lanzaron harina hace semanas y a la segunda pintura roja hace dos días. Efectivamente, Pilar Rahola fue agredida este martes en La Garriga, lugar que, como le he leído a un comentarista de X muy agudo, es la «patria chica del perroflautismo pijoprogre. Detrás de cada cupero GARRÍguenco hay unos papás votados de Pujol de toda la vida y unos abuelos de los de la gente de orden de siempre».

Y sólo puedo decir que conozco La Garriga y que conozco el perfil que describe. Aunque no debe de haber tantos que defiendan como OJS un modelo revolucionario radical que supera los límites de la CUP o de Bildu, considerados casi «de derechas». Espero. Sus acciones son aplaudidas por tipos como Antonio Baños que se ha reído del incidente de Rahola. Se ha atrevido a decir: «Es pintura, no le ha explotado el busca».

Lo realmente justo y preciso hubiera sido «es pintura, no la han violado en grupo mientras la apuñalaban ni han mutilado a sus hijos delante de ella». Yo no podría estar más lejos de una independentista como Rahola, que también hizo sus concesiones a la violencia apoyando aquel intento de golpe de estado y otros actos terroristas en Cataluña. Y Orriols no hila mucho más fino. Pero este Baños incita a los más tarados dando apoyo a mensajes en X así: «Denunciar las masacres y el genocidio que se está cometiendo en Palestina implica también señalar al sionismo local. Que les quede claro a estas ratas que tienen las manos manchadas de sangre».

Ya pueden rebuznar. Ignoro a qué tradición se acoge la sinagoga de la calle de l´Avenir donde acudí yo (las hay progresistas, liberales, conservadoras y ortodoxas, leo), pero avenir en catalán significa porvenir. Y eso por sí solo ya fue un presagio pues, a pesar del dolorosísimo duelo de los asistentes, se respiraba una determinación y una seguridad en el futuro fuera de la menor duda. «Am Israel Jai». Es lo único que sé decir en hebreo, pero es lo más importante: «Israel prevalecerá».