La educación de Leonor de Borbón es un asunto de Estado

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La amplia sonrisa de la Princesa de Asturias en sus primeras fotos tomadas en la sede de su nuevo centro de estudios en Gales es una respuesta a las críticas y reproches formulados desde ciertos medios de comunicación por tertulianos y comentaristas que parecen no tener en cuenta que la formación académica de la Princesa de Asturias es un asunto de Estado. Todavía hay quienes siguen insistiendo en considerar como un gesto de desprecio por parte de los Reyes hacia los centros educativos españoles la elección del Atlantic College de Gales perteneciente a los Colegios del Mundo Unidos. Quienes insinúan que si es que no hay en territorio español un lugar apropiado para que una princesa pueda cursar sus estudios de Bachillerato y se insinúe un cierto esnobismo por parte de la Familia Real en la elección del centro galés, ignoran o quieren ignorar que Leonor de Borbón debe ser educada como lo que es: la sucesora al trono del Reino de España.

A ese argumento para descalificar el desplazamiento de la primogénita de don Felipe y doña Letizia al extranjero suman el alto coste que van a pagar sus padres por el internado de los Colegios del Mundo Unidos, nada menos que 76.000 euros, por los dos años que va a pasar la Princesa de Asturias en sus dependencias. De nada vale que el Palacio de la Zarzuela haya repetido en varias ocasiones que esa cifra la van a pagar los Reyes a cuenta de sus ingresos personales. Los críticos aducen que esos ingresos provienen de la Hacienda pública, es decir que salen de los bolsillos de los ciudadanos españoles cuando cumplen con sus deberes fiscales. No se sabe si quienes argumentan así creen que la Jefatura del Estado no debe ser remunerada para quien desempeña esa alta responsabilidad ni tampoco su familia, que contribuye a ese importante papel de representación que le corresponde según la Constitución española.

La educación de la Princesa Leonor es una cuestión de Estado, al igual que lo fue la de su padre, que se diseñó por un grupo de personas de gran nivel intelectual, y la de, en menor medida, la de su abuelo, pergeñada entre el Conde de Barcelona y el dictador Francisco Franco. Así que, de la misma manera que el actual monarca, hay que suponer que la heredera de la Corona pasará por la Universidad, donde completará los estudios de una titulación superior que a lo mejor no es la que ella hubiera preferido si hubiera sido una chica de a pie. Y por supuesto, tendrá que recibir una formación castrense aunque se considerará si deberá completar al menos un año en las tres academias militares o tan solo serán cursos más cortos, dada la evolución que ha experimentado la formación militar de los españoles desde que se suprimió la obligatoriedad de hacer el servicio militar para todos los varones.

La decisión de los Reyes de enviar al extranjero a su hija Leonor, a un centro donde hay estudiantes de 90 nacionalidades del planeta, algunos con status de refugiados por venir de países fallidos o en guerra, y con más del 60 por ciento con becas parciales o totales  ha sido un acierto. Ha sido una elección de la propia Princesa ante las diversas opciones que tenía delante. Y no hay que hacer otra cosa más que observar el brillo de los ojos de Leonor en su primer día de ese futuro que tiene por delante la hija mayor de los Reyes de España.

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