Opinión

La defensa de la mujer no se logra penalizando al hombre

El anteproyecto de Ley Orgánica de medidas en materia de violencia vicaria tipifica este tipo de violencia como delito autónomo con agravante de género y contempla penas de hasta tres años de prisión. Es decir, establece sanciones específicas y articula medidas de protección civil reforzadas para quien practique «aquella violencia que, con el objetivo de causar dolor o sufrimiento a las mujeres, puede ejercerse sobre los hijos e hijas o descendientes, personas menores de edad sujetas a su tutela o guarda y custodia, los ascendientes o hermanos y hermanas de ésta, así como su pareja o anteriores parejas, aunque no exista convivencia». Nada que objetar, salvo por un detalle que necesita una explicación, ya que a simple vista y por pura lógica la medida resulta incomprensible y hasta inconstitucional. Y es que al reducir el delito de violencia vicaria a la cometida por el padre y no a la cometida por la madre en idénticas circunstancias, se castiga penalmente de forma más dura la primera. O sea, un padre que, con el objetivo de causar sufrimiento a su mujer, ejerza violencia sobre sus hijos podría tener quince meses más de condena que una mujer que, con el objetivo de causar sufrimiento al padre, ejerza igual violencia sobre sus hijos. Inexplicable a todas luces.

Una cosa es actuar con contundencia contra la violencia de género y otra bien distinta que la violencia ejercida sobre los hijos para causar sufrimiento a la pareja distinga entre la ejercida por un hombre y una mujer. Decíamos que esta distinción es absurda porque penaliza penalmente al hombre por su sexo, un tipo de discriminación que no puede calificarse de positiva en ningún caso, porque no compensa ninguna desigualdad, sino que simplemente agrava la condena por el mero hecho de su condición de varón. Y eso es llevar el feminismo a la cima del absurdo. Porque para combatir la desigualdad de la mujer, la desigualdad del varón no es la solución en ningún caso. Y porque la defensa de la mujer no se logra penalizando al hombre.