Opinión

Comparas a Patxi López con Vittorio Colao y entran ganas de llorar

Mientras en Italia un grupo multidisciplinar bajo el liderazgo de Vittorio Colao, un hombre de empresa de apabullante trayectoria profesional, trabaja ya en el diseño de un plan para la reconstrucción de la economía, en España el liderazgo de la reconstrucción ha recaído en la figura de un político como Patxi López, que de economía y empresa no sabe nada y cuyo currículum, fuera de la política, cabe en una línea.

Mientras el presidente del Gobierno italiano, Giuseppe Conte, ha encargado a Vittorio Colao – CEO durante años de Vodafone a nivel mundial y ex consejero delegado de RCS Media Group-  la articulación de un ambicioso plan de rehabilitación en el que participarán destacadas personalidades del mundo de la empresa y la economía, Pedro Sánchez ha encargado esa responsabilidad a Patxi López, que intentó sin éxito sacarse el título de ingeniero industrial y no se le conoce otra actividad que la política (fue diputado a los 28 años y va a cumplir 61) .  Y para compensar las carencias en materia económica de Patxi López, el vicepresidente de la Comisión de Reconstrucción será Enrique de Santiago, un comunista diputado de Podemos que fue abogado de las FARC. Miras a Italia y a la figura de Vittorio Colao, la comparas con López y De Santiago y es para echarse a llorar.

El ejemplo italiano, un grupo de expertos independientes de probada capacidad y dilatada experiencia planificando la reconstrucción económica, provoca sana envidia y una terrible sensación de que en España el sectarismo ideológico se ha impuesto al interés común. La mediocridad es la señal de identidad de un Ejecutivo que se ha subido a lomos del revanchismo.

Las virtudes que encarna Vittorio Colao y su equipo multidisciplinar se fundamentan en la independencia de criterio, en su probado rigor profesional  y en su objetivo de trabajar por la recuperación económica de Italia con autonomía plena del poder político. En España, Patxi López y un comunista liderarán la Comisión de Reconstrucción. Qué envidia, qué pena y qué miedo.