Curiosidades
Refranero español

Todos usamos este refrán en España, pero pocos saben que su origen está en Cervantes y El Quijote hace 400 años

  • Manuel Morera
  • Periodista y fundador del pódcast V9, el programa de F1 más escuchado de España. Universidad de Valencia y Radio 3. Anteriormente en ElDesmarque, Levante TV y Las Provincias.

Hay algún refrán que usamos casi sin darnos cuenta sin saber cuál es su origen histórico. Todos sabemos la importancia de Cervantes y de su obra cumbre, Don Quijote de la Mancha. Aun así, no siempre somos conscientes de cuánto ha influido en nuestra forma de hablar.

Una de las más famosas es «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho». Un refrán que seguro que has utilizado para hablar de la necesidad de culturizarse de varias formas, pero que no sabías que nació en El Quijote.

El refrán intelectual que nació de ‘Don Quijote de la Mancha’ y Cervantes

Este conocido refrán ha caído poco a poco en desuso, pero se le atribuye a Cervantes al estar inspirado en una serie de conversaciones que tiene El Quijote con Sancho Panza durante la primera parte del libro

Cervantes no llegó a poner la frase literal en boca del protagonista, pero se cree que es una aportación suya porque es un buen resumen de una de las grandes enseñanzas del libro.

Las novelas de caballería llevaron al famoso hidalgo a la locura, lo que demuestra que de nada vale encerrarse en los libros si no está acompañado de un conocimiento práctico.

Por ello, «El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho» es una demostración de los valores cervantinos. Por un lado, la intelectualidad y, por otro, el probarse a uno mismo en la vida real.

Sea cual sea el origen, lo que queda claro es el gran valor de haber mantenido un refrán hoy en día, cuyo nacimiento se remonta al Siglo de Oro español, en pleno siglo XVII.

La expresión histórica que aparece en ‘El Quijote’ pero no la inventó Cervantes

Cervantes incluyó una gran cantidad de refranes y frases hechas en El Quijote, pero no todas fueron invención suya. Un buen ejemplo de ello es tomar las de Villadiego.

Puede parecer un refrán dicho al azar, pero su historia es mucho más profunda. De hecho, el filólogo Alberto Buitrago, intentó explicarla en su libro Diccionario de dichos y frases hechas.

Según relata Buitrago, el origen del refrán está en el pueblo que se menciona: Villadiego, en el norte de la provincia de Burgos.

Para comprender el nacimiento de la expresión debemos remontarnos a los tiempos del rey Fernando III el Santo.

Este monarca eligió Villadiego para alojar a los judíos de Burgos, aunque dictó diversos fueros para protegerlos de ataques, humillaciones públicas y detenciones arbitrarias. Es decir, intentó darles un lugar relativamente seguro.

Eso sí, no estaban exentos de cumplir con una medida muy común en la época: los judíos debían llevar un distintivo visible en su ropa, para que el resto de la población pudiera identificarlos.

En el resto de Castilla, lo habitual es que los judíos llevasen un parche distintivo en el hombro. En cambio, en Villadiego se optó por algo tan particular como unas calzas de color amarillo.

Al ser algo tan curioso, las calzas del pueblo burgalés fueron ganando fama en el país hasta que nació la expresión tomar las de Villadiego, como sinónimo de ponerse dicha prenda.

O, mejor dicho, como sinónimo de ser judío y estar obligado a huir o esconderse ante un peligro.

Con el paso del tiempo, la frase se transformó en un refrán que equivale a cualquier huida precipitada en la que se pretenda dejar atrás la carga original.

Como curiosidad, el rey Fernando III era un experto en aparecer en los refranes más populares. Según la leyenda, también jugó un papel relevante en la creación de irse por los cerros de Úbeda o quedarse entre Pinto y Valdemoro.