Carta al loco de Andrés Manuel López Obrador

El ardiente y alocado presidente parece nadar en aguardiente cuando miente sembrando su abyecta simiente de odio contra todo aquel que todavía puede utilizar la mente. Mente que AMLO no usa porque anda ausente de una realidad que le es indiferente.

Al tal presidente le basta con manipular, porque difamar es interesante y rentable para ese tipo de gente de mal ambiente. Ayer pedía perdón por lo que inventa que hicieron sus propios antepasados. Hoy roba la estatua de Colón porque el navegante deja patente su evidente trastorno.

Al pequeño AMLO le favorecen las carencias de saber de una parte importante de la población que compra su falacia permanente al no conocer la realidad patente que todos podemos ver en el pasado y en el presente.

Gracias a España, Colón llegó a las Américas trayendo nuestra Civilización Cristiana a esta otra orilla del Atlántico, y con ella la magia del mestizaje que sólo había logrado Roma mil quinientos años antes en Europa. Con España llegó el inicio de los Derechos Humanos que garantizaban ¡¡desde 1513!! las Leyes de Burgos.

AMLO, su arrogante esposa, la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, y el resto de la banda buscan tapaderas y cortinas de humo que oculten su corrupción galopante y su incapacidad de gestión manifiesta.

Los hispanoamericanos no podemos seguir en silencio ante todos esos canallas de la política y los medios de imposición ideológica que pretenden usurparnos nuestra sagrada triple identidad indígena, europea y africana. Tres raíces que ya son una sola desde hace cinco siglos y que jamás podrán separarse porque conforman lo que somos.

El presidente mexicano -y la neurona que le inspira- demuestra ir sobrado de soberbia cuando acusa a España de “soberbia” por no atender su absurda petición de ofrecer unas supuestas disculpas por llamarse como se llama: Andrés Manuel López Obrador. Fuerte loco, AMLO. Anda tan desquiciado como el Papa comodín del comunismo.

Vamos a instruir un poco a AMLO para que sepa respetar la realidad histórica de México y pueda así pedir disculpas al pueblo mexicano, a España y al resto de Hispanoamérica:

– Cuando España llegó a México, liberó a la gran mayoría del pueblo indígena que sufría la opresión de una minoría salvaje: los aztecas.

– España liberó América, no la conquistó.

– En Mesoamérica, la nación azteca oprimía a cientos de naciones deseosas de liberarse de los aztecas.

Este año celebramos el V Centenario del fin de la dictadura criminal azteca que logró Hernán Cortés junto a 110 naciones mexicanas que lucharon junto a los españoles en alianza militar y política para liberarse de los salvajes antropófagos aztecas. Los arqueólogos saben que el sacrificio humano era esencial en la religión azteca. En 1487, los aztecas terminaron de edificar el templo de Tenochtitlán y lo celebraron asesinando a 24.000 personas de otras naciones indígenas de Mesoamérica. Decenas de miles de personas eran asesinadas cada año por los aztecas que después se comían a sus víctimas.

El 13 de agosto de 1521, los pueblos indios oprimidos por los aztecas celebraron la caída de Tenochtitlan que logró Hernán Cortés junto a miles de indios de las naciones oprimidas tras derrotar a Moctezuma y sus 300.000 soldados.

Tras la batalla, España llevó colegios, hospitales, universidades, ley, religión. España llevó a América Grecia, Roma, civilización Europea y a la vez juntó su sangre con la de los indios aztecas vencidos y con la de los indios liberados de las otras naciones.

En 1571 España editó en México el primer libro de gramática de lengua nahualt, ¡quince años antes de aparecer el primer libro de gramática inglesa!

México era mucho más rico y poderoso que los Estados Unidos cuando se independizó de España. Poco después México firmó el vergonzoso tratado de Guadalupe Hidalgo perdiendo 2.378.539 kilómetros cuadrados de Nueva España: Texas, California, Nuevo México, Nevada, Utah, Colorado y Arizona, tierras que fueron parte de España y que México perdió al hacerse independiente.

¿Quién tiene que pedir perdón a quién y por qué, AMLO? Claramente tú, tienes que pedir perdón porque personajes como tú son los que hacen que México no esté a la altura a la que merece estar el pueblo mexicano al que traicionas continuamente con tu ridículo proceder diario.