Blanqueadores de Collboni

No hay nada que guste más a un buen liberal moderado madrileño que venga un catalán soberanista, o directamente separatista, a sonreírles, dorarles la píldora y hablar de «institucionalidad» y «concordia». Me pareció trágico que el mismo día que Daniel Sirera desgranaba en Barcelona su programa de futuro para intentar desalojar del gobierno municipal a los socialistas que están haciendo seguidismo del colauismo, Jaume Collboni diera una conferencia en Madrid titulada Barcelona es capital de la mano de José Luis Martínez-Almeida. Todo el trabajo del equipo de Sirera quedó en parte opacado en la prensa nacional por el alcalde de Barcelona que se llevó el gato al agua a la hora de conseguir espacio en los medios de comunicación.
Jaume Collboni lleva desde el primer día queriendo pactar con Esquerra Republicana, y si no fuera por el follón interno que hay en el partido de Junqueras, ya habría tenientes de alcalde de ERC en el gobierno municipal de Barcelona. ¿Le gusta al señor alcalde de Madrid departir con quién quiere gobernar con los golpistas de ERC? Sigamos. La política lingüística de Jaume Collboni es la misma que sigue el separatismo catalán más radical.
Collboni ha despedido a trabajadores municipales por no acreditar un nivel avanzado de catalán, entre ellos trabajadores de la limpieza, un clarinetista y su cocinero personal. La inmensa mayoría de carteles, señales de tráfico, comunicaciones y rótulos municipales de la ciudad de Barcelona están solo en catalán, y el Ayuntamiento de Barcelona ha llegado a colgar carteles con textos en catalán, urdú, tagalo y árabe, pero no en español. ¿Le gusta a Martínez-Almeida la política de exclusión del español que sigue Collboni?
Sigamos. Son muchos los medios nacionales que han denunciado los abusos en la política lingüística de Jaume Collboni en el Ayuntamiento de Barcelona, como OKDIARIO o, para entrar en materia, El Mundo. En el diario que dirige Joaquín Manso saben perfectamente de que pie calza el Ayuntamiento de Barcelona, y su redacción en Cataluña lo ha relatado en varias ocasiones. Por eso flipé cuando leí ayer este texto, que correspondía a un ‘semáforo’ verde para Collboni, en su sección Vox populi: «Barcelona regresa a la institucionalidad. El alcalde de Barcelona reivindicó desde Madrid el regreso de su ciudad a la institucionalidad tras la etapa del procés y de Ada Colau. Acompañado por Martínez-Almeida, el dirigente del PSC planteó que ambas urbes pueden ser capitales culturales de España en este ‘momento de reencuentro y unidad».
¿Cómo puede un diario como El Mundo comprar la mercancía averiada de un Jaume Collboni que solo busca pactar con los golpistas de ERC y que lleva a cabo una política de exclusión del castellano como lengua de uso municipal? ¿’Capital cultural’ de España es lo que propone el alcalde que despide a un cocinero o a un músico por no tener un certificado de catalán? ¿Propone ‘reencuentro y unidad’ el que ha querido que Elisenda Alamany, una fanática que es la número 2 de Junqueras en ERC, fuera su primera teniente de alcalde? ¿Qué es lo que pasa en Madrid para que algunos se traguen cualquier pamema del primer nacionalista –Collboni lo es– que sonríe y dice unas cuantas palabras bonitas mientras en Barcelona hace justo lo contrario? Collboni forma parte del socialismo que define a la oposición como «de derecha extrema y extrema derecha», es del socialismo que aplaude los pactos con Bildu, es del socialismo que ha fortalecido una alianza estratégica con ERC desde el poder local al Congreso de los Diputados.
¿Por qué este empeño en ayudar a Collboni a blanquear su imagen simplemente porque ejerce el doble juego de sonreír al Rey o al alcalde de Madrid mientras lleva a cabo la misma política lingüística del separatismo más asilvestrado? ¿Cuándo aprenderán los liberales moderados y biempensantes madrileños que el PSC no es la alternativa, sino la evolución natural del procés?