Opinión

Ana Redondo como Irene Montero: es propaganda machista

En relación con la polémica noticia sobre las pulseras antimaltrato destapada en exclusiva por OKDIARIO, ha dicho la ministra de Igualdad, Ana Redondo, que «aquí lo importante es que las mujeres están protegidas, que las pulseras han funcionado, que los dispositivos han funcionado en todo momento y que se está vertiendo por parte de la oposición un bulo y una mentira, confundiéndolo todo para generar dudas sobre el sistema y para generar miedo a las víctimas» a lo que añadió que «afortunadamente el servicio funciona correctamente; en unos meses licitaremos nuevamente este contrato y hemos incorporado una serie de mejoras técnicas, como por ejemplo una plataforma de datos para que esos datos estén en todo momento a disposición». En resumen, que toda la polémica es un bulo de la ultraderecha, que las pulseras siempre han funcionado perfectamente y que por eso van a sacar el sistema de nuevo a concurso intentando corregir todo lo que está fallando. Parece de Podemos, pero no lo es.

Ana Redondo era la mano derecha de Oscar Puente en el ayuntamiento de Valladolid hasta que, hace un par de años, Pedro Sánchez se la llevó para sustituir a la podemita Irene Montero tras reformar su Ley del Sí es Sí. Del mismo modo que para Irene Montero el feminismo era sólo una excusa para dotarse de un enorme presupuesto económico con el que regar a toda su red clientelar y colocar a toda su pandilla de niñatas amigas y llevárselas de fin de semana a Nueva York en Falcon; para Ana Redondo el feminismo es sólo otra herramienta al servicio del sanchismo y toda su maquinaria de corrupción. Tanto para la podemita como para la sanchista el bienestar de las mujeres importa un comino y lo mismo les da que por culpa de sus chapuzas salgan a la calle miles de violadores como que los maltratadores puedan acercarse a agredir a sus víctimas impunemente.

Las palabras de la sustituta Ana Redondo responden exactamente al mismo esquema que las de la sustituida Irene Montero cuando supimos que, por culpa de sus chapuzas en la redacción de la Ley del Sí es Sí, miles de violadores iban a ver reducidas sus condenas. «Salen muchos titulares escandalosos, pero todavía no se conoce una sola reducción de penas; y no se van a conocer: Es propaganda machista», dijo la madre de los hijos de Pablo Iglesias y solo por eso, ministra de Pedro Sánchez, a pesar de que un año y medio antes de aprobar su ley, el Gobierno disponía de un informe elaborado por el ministerio de la Presidencia, en el que se advertía a los de Igualdad y Justicia de que la eliminación de la distinción entre agresión y abuso sexual provocaría que las penas quedaran «sustancialmente reducidas». Y unos meses después de su aprobación la ley tuvo que ser rectificada gracias a los votos del PP y con la oposición de Podemos, cuando ya era inevitable que miles de violadores vieran reducidas sus condenas.

Primero niegan que exista ningún problema por culpa de estas falsas feministas. Segundo atacan a la oposición tachando de bulos y mentiras toda información que sugiera que sus chapuzas hayan perjudicado a las mujeres. Y finalmente, cuando el daño ya está hecho, hacen como que enmiendan el desastre para encima seguir fingiendo ser feministas. Es lo mismo que hicieron con el Covid y luego repitieron con el apagón, pero en versión feminista.

En esto, el sanchismo ha imitado a Podemos poniendo el sectarismo egoísta siempre por delante del interés de las víctimas que genera su gestión chapucera. Tanto la actual responsable de la negligente gestión de las pulseras, Ana Redondo, como la anterior responsable del incompetente cambio de proveedor, Irene Montero, siguen el mismo esquema: chapuza, negación, insulto y rectificación. Ambas usan a las mujeres en beneficio de sus partidos machistas, ninguna es feminista de verdad y las dos tratan a sus votantes como a borregos sin cerebro.