Granjas de insectos y bienestar

“Pueden sentir dolor”: un grupo animalista pide que se vele por el bienestar de los insectos de granja

Eurogroup for Animal afirma que "los insectos son seres sensibles que pueden "experimentar emociones, socializar, jugar y mucho más"

Solicitan a Europa políticas que empiecen a "desarrollar medidas para mejorar la dieta de los insectos en las granjas industriales

Salamanca albergará la mayor instalación de este tipo a nivel mundial con una producción de 100.000 toneladas anuales de insectos

  • Antonio Quilis Sanz
  • Periodista especializado en información medioambiental desde hace más de 20 años y ahora responsable de OKGREEN en OKDIARIO. Antiguo director de El Mundo Ecológico y colaborador en temas de medioambiente, ecología y sostenibilidad en Cadena Ser.

Los animalistas han puesto el foco en las granjas de insectos, una industria que está proliferando en todo el mundo y que parece que en España tiene un futuro muy prometedor.

En nuestro país hay en funcionamiento cerca de 40 explotaciones de granjas de insectos, entre las que llama la atención una futura instalación de este tipo en Salamanca, que tenía prevista su apertura para el año 2023 y que sobresale por su gran envergadura.

La construcción de esta megagranja de insectos, a pocos kilómetros de la capital salmantina, sin duda será una de las mayores preocupaciones de los animalistas que defienden el dar una nueva vuelta de tuerca al concepto de bienestar animal.

100.000 toneladas de gusanos

Este macroproyecto de la empresa biotecnológica Tebrio tiene prevista una producción anual de 100.000 toneladas de Tenebrio molitor, también conocido como gusano de la harina, destinadas principalmente a la fabricación de pienso para animales, fertilizantes o productos para la industria cosmética y textil.

Las cifras son apabullantes, tanto que será la granja de insectos más grande del planeta con 90.000 metros cuadrados y una previsión de 250 empleados.

El gusano Tenebrio molitor, es un buen candidato para estas granjas, ya que se selecciona por su excelente perfil nutricional, rápido ciclo de vida y capacidad de reproducción. Destaca por su proceso de cría natural y de bajo impacto ambiental, con un tesoro intrínseco por poseer vitaminas, minerales,  proteínas de alto valor biológico y ácidos grasos omega 3 y omega 6.

Animales sintientes

Estas cifras, sobre todo el número de insectos, son llamativas para todos, incluso para una organización ecologista, la Eurogroup For Animals (la más potente de Europa), que defiende que los insectos son animales sintientes, aunque no haya pruebas científicas firmes que todavía lo demuestren.

Eurogroup For Animals, advierte que «las granjas de insectos están en auge en la UE y el crecimiento del sector ha sido rápido: se prevé que se críen billones de insectos en 2030».

Grillos en una granja de insectos

Apuntan a que «no sólo no se tiene en cuenta el bienestar de los insectos en este sector en auge, sino que la industria podría tener un gran impacto en la ganadería intensiva en su conjunto».

Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), en la actualidad la cría de insectos, y otros invertebrados, no tiene normativa específica, ni en la normativa nacional ni en la comunitaria, aunque sí cuenta con regulación dentro de otra normativa general.

Cría a gran escala

Sin embargo, en 2023, el Parlamento Europeo votó un informe de iniciativa sobre la estrategia de la Comisión en materia de proteínas. En él se destaca que «está preocupado por los elevados requisitos energéticos de la cría a gran escala de insectos y subraya que es necesario analizar los efectos ambientales, sanitarios, sociales, económicos y de bienestar animal».

Los insectos criados para la producción de proteínas animales procesadas se consideran animales de granja según el Reglamento de la UE (1069/2009). Sin embargo, la Directiva del Consejo (98/58/CE) relativa a la protección de los animales en las explotaciones ganaderas excluye a los invertebradosninguna legislación aborda las necesidades de bienestar específicas de las especies de insectos criados en granjas.

Las especies de insectos que actualmente se crían en la Unión, de acuerdo con el perfil de riesgo realizado por la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), son la mosca soldado negra y común, el gusano de la harina, el escarabajo de la cama, los grillos doméstico, rayado y bicolor y, por último el gusano de seda.

Solución nutricional

La industria defiende su actividad antes las necesidades mundiales de proteína, tanto para consumo humano como para animal, que aumentan para abastecer a una población cada vez más numerosa.

Argumentan que los insectos forman parte de la dieta habitual y natural no sólo de peces, aves y animales, sino también de las personas. Concluyen que, por tanto, son una excelente alternativa a los piensos y compuestos con los que actualmente se alimentan estos animales.

En cuanto al uso de insectos en la alimentación de otros animales el MAPA indica que, éstos deberán «ser sanos, seguros, adecuados a sus objetivos y de calidad comercializable, no deberán tener ningún efecto adverso directo en el medioambiente ni en el bienestar de los animales, y no deberán contener ni estar compuestos por materias primas cuya comercialización o utilización para la alimentación animal esté prohibida o restringida».

 

Nuevo alimento

En cuanto al consumo humano de estas fuentes de proteínas provenientes de los insectos, según el MAPA, están incluidos en la definición de «nuevo alimento» del nuevo Reglamento, en la categoría de alimento que «consista en animales o sus partes, o aislado de estos o producido a partir de estos, que las personas no hayan consumido en una medida importante en la Unión Europea antes del 15 de mayo de 1997 (fecha límite que fija el Reglamento). Este Reglamento no regula la cría y producción de insectos para la alimentación humana, ya que lo que regula es su comercialización».

En España su consumo está permitido y proviene de importaciones, sobre todo de Portugal, ya que en España está prohibido comercializarlos.

Seres sensibles

En este escenario, desde la organización animalista conminan a la UE a tratar con más profundidad las granjas de insectos defendiendo que «la investigación sobre el bienestar de los insectos es escasa en comparación con otros vertebrados, pero la ciencia hasta ahora revela que son seres sensibles, con una variedad de sentimientos y necesidades».

Además, añaden que «las investigaciones sobre la cría de insectos muestran que este sector en crecimiento podría tener un gran impacto en el planeta si se le permite continuar a su ritmo actual de crecimiento, sin políticas establecidas para gestionarlo».

Cría de gusanos

Sienten dolor

Eurogroup For Animals afirma que «los insectos son seres sensibles que pueden sentir dolor, experimentar emociones, socializar, jugar y mucho más. Como cualquier otro animal, sus necesidades de bienestar deberían estar protegidas; sin embargo, actualmente no existen políticas en la UE para este fin, lo que deja a billones de insectos expuestos al sufrimiento en los próximos años».

Entre sus peticiones está la principal, que el actual marco «debe cambiar», pidiendo a los responsables de las políticas que empiecen a «desarrollar medidas para mejorar la dieta de los insectos en las granjas industriales».

Sistemas alimentarios sostenibles

La organización añade que «la cría de insectos se promueve como una forma respetuosa con el medioambiente de reducir el consumo de productos animales y enriquecer los piensos para los animales de granja».

«En realidad, la producción de insectos a gran escala está destinada a obstaculizar el avance hacia sistemas alimentarios sostenibles y sistemas agrícolas con normas de bienestar más estrictas, al encerrar aún más a la UE en el modelo de ganadería industrial», concluye Eurogroup For Animals.