La ciudad de Madrid estrena un nuevo parque semiforestal de seis hectáreas

El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado la finalización del proyecto de rehabilitación del parque semiforestal ubicado entre la calle Estocolmo y la M-40, en el barrio de Las Rosas (San Blas-Canillejas).

Esta nueva zona tendrá un impacto positivo en el entorno por mejorar la habitabilidad de la zona reduciendo el impacto de emisiones y ruidos de las vías próximas, favoreciendo la biodiversidad y aplicando sistemas de gestión del agua sostenibles.

Tras 11 meses de trabajos, y gracias a una inversión superior al millón de euros, el Área de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad está culminando una actuación que, según el consistorio de Madrid, «satisface las demandas vecinales en la zona y constituye un paso más en la configuración del anillo forestal que representa el Bosque Metropolitano».

Reducir el impacto ambiental

El ayuntamiento ha explicado que la rehabilitación de este espacio de 6 hectáreas ha permitido dotar a la ciudad de un gran parque semiforestal, con una buena masa arbórea, que protege la zona residencial próxima al absorber las emisiones de gases y ruidos de la M-40, lo que tendrá un impacto positivo directo en la salud y calidad de vida de los vecinos de este barrio.

Las obras, que se enmarcan dentro de la estrategia municipal de mejora y conservación de las zonas verdes de la ciudad, cuenta con una inversión total de 86,5 millones de euros para un total de 94 obras, de las que 71 ya están finalizadas.

Refugio para la biodiversidad

También representa una nueva zona de colonización para el asentamiento y expansión de especies que podrán colonizarlo para aumentar la riqueza de la ciudad. En este sentido, desde el área de urbanismo se especifica que «el espacio sobre el que se ha actuado goza de grandes posibilidades de desarrollo como zona verde, ya que, al no haberse explotado, supone un refugio para la diversidad biológica».

En concreto, la actuación busca presentar diferentes tipos de paisaje, de mayor a menor grado de intervención humana, lo que ha permitido aunar la vegetación ya existente y las especies silvestres con las nuevas plantaciones realizadas en el transcurso de las obras, y, así, conservar el ecosistema ya presente en el área.

En este sentido, el diseño de las plantaciones se han priorizado las especies que conserven la biodiversidad, al tiempo que se ha potenciado el valor ornamental de los ejemplares silvestres.

Dada la importante superficie de trabajo y para minimizar el impacto de la erosión de las superficies, caminos y senderos del parque, se han utilizado técnicas de drenaje urbano sostenible (SUDS).

Jardines de lluvia

Sobre esta actuación, desde el ayuntamiento amplían que «el objetivo principal es establecer un sistema que posibilite la infiltración de las aguas pluviales en el subsuelo, para que pueda incorporarse a medio y largo plazo a los procesos ecológicos que se suceden en las cuencas fluviales».

Además se han instalado zanjas filtrantes, pozos de infiltración y unos jardines de lluvia «tratándose de uno de los sistemas que mejores aptitudes de integración paisajística muestran y cuya presencia reforzará la naturalidad del conjunto».

También se han implementado zanjas de infiltración que discurren al borde de los caminos, a modo de cunetas, con el fin de dirigir eficientemente las escorrentías hacia los jardines de lluvia, lo cual resultará eficaz en la protección del área ante eventuales episodios torrenciales.

Homenaje a los ciudadanos

La zona más alta del nuevo parque se ha coronado con un seto y un gran árbol que evocan un abrazo. Una metáfora que representa la unión entre los ciudadanos durante la pandemia, la demostración de afecto, a pesar de la distancia y la superación del miedo, así como la emoción del reencuentro.

Con este espacio se pretende agradecer y homenajear el comportamiento ejemplar de los madrileños durante la pandemia de la Covid-19, y, especialmente, durante el confinamiento.